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Columnistas | PUBLICADO EL 05 julio 2021
Juventud: mucho más que un rango de edades
Por FELIPE ARAMBURO *
www.proantioquia.org.co
El país avanza, de manera inédita, en una serie de encuentros de conversación y creación colectiva con jóvenes, de distintas procedencias y orientaciones, junto con diversos actores sociales. Ejemplo de esto es el Pacto Colombia con las Juventudes, liderado por el gobierno nacional a través del ICBF que busca dar solución a grandes problemáticas sociales mediante espacios de escucha activa. Aquí, los jóvenes pueden proponer acciones que en última medida consolidarán un Compes para el desarrollo de algunas iniciativas priorizadas en estas conversaciones.
De otro lado, en una propuesta liderada por Proantioquia, y con el apoyo de diversos organismos y líderes del sector social y empresarial, venimos realizando conversaciones entre colectivos juveniles y empresarios para buscar puntos de encuentro y reflexión sobre la situación del país.
Entre los hallazgos más potentes que hemos encontrado al analizar los ejemplos anteriores está el reconocimiento de una juventud activa, capaz de crear colectivos que definen una agencia para la transformación de sus entornos. Es urgente reconocer que la juventud no es el futuro de Colombia, sino un presente activo con capacidad de liderar conversaciones y encontrar en los sectores académicos, sociales, empresariales y políticos interlocutores para la conversación tranquila, la deliberación constructiva y el reconocimiento de los problemas estructurales que como sociedad tenemos.
Vale la pena evidenciar la preocupación de jóvenes de distintos sectores por repensar las lógicas de empleabilidad -incluidas las economías populares e informales-, la posibilidad de acceso y permanencia a educación terciaria de calidad, los temas de equidad de género, y la importancia de los procesos culturales y de las manifestaciones artísticas como catalizadores de cohesión social e inclusión comunitaria. Estos temas, recurrentes en todos los encuentros, empiezan a mostrar líneas de acción e integración necesarias para asegurar la dignidad y el bienestar humano de nuestros jóvenes.
En este sentido, es urgente adelantar acciones formativas para que este segmento poblacional pueda cualificar su discurso y llegar a propiciar acciones transformadoras del territorio. Requerimos identificar modelos de formación juvenil que han sido exitosos en nuestra ciudad y el país, con el fin de repensarlos para actualizar su metodología y sobre todo para asegurar una integración juvenil amplia y diversa. A Medellín y Colombia le urgen crear escuelas de formación pública para jóvenes, en las que se mezclen habilidades comunicativas y socioemocionales, metodologías de formulación y gestión de proyectos, análisis crítico de la realidad social y, en especial, una plataforma de contacto con instituciones que pueden concretar, con los jóvenes, caminos de transformación comunitaria y social.
Por lo pronto, en Proantioquia seguimos comprometidos con buscar espacios de diálogo y conversación, entendiendo a esta última como el insumo privilegiado para la creación de ciudadanías críticas, sensibles y propositivas. Invitamos a todos los sectores a conversar sobre cómo vincular a los jóvenes en las conversaciones centrales del país y cómo materializar un proceso de formación que haga de ellos y ellas los líderes que necesitamos para asegurar una sociedad equitativa y promotora de la diversidad
* Coordinador de Formación educativa en Proantioquia.
