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Comenzó el 2023 con la noticia de una inflación del 13.12% en el 2022; resultado no observado desde finales de los 90. Esta inflación, conjuntamente con las expectativas de un crecimiento por debajo del 2.0 % y desempleo por encima del 10.0 %, genera nerviosismo para este año.
La inflación supera la expectativa de los agentes económicos quienes la esperaban por debajo del 13.0 %, varios factores explican lo anterior. En primer lugar, los alimentos tuvieron un aumento del 27.81 % de tal forma que estos permiten entender el 37.0% de la inflación total anual; de hecho, solo ocho alimentos (especialmente la carne de res, el arroz, y la leche) explican el 20.0 % de la inflación del 2022. En segundo lugar, si al porcentaje de la inflación total causada en parte por los alimentos se suma la inflación de las comidas fuera del hogar, ambos conceptos explicarían aproximadamente el 50.0 % de la inflación anual. Por último, según el DNP, cuatro ítems (comidas en establecimientos de servicio a la mesa y autoservicio, electricidad, el vehículo particular y la carne de res) son los que más contribuyeron a la inflación.
El comportamiento de la inflación del 2022 está asociado tanto a fenómenos de oferta como de demanda; los de oferta están explicados por el invierno, el paro del 2021, el desajuste de las cadenas productivas mundiales como consecuencia de la pandemia, el desabastecimiento de ciertos productos claves por efecto de la invasión rusa a Ucrania, y obviamente la alta devaluación del peso. Lo anterior se expresa en un Índice de Precios al Productor por encima de la inflación (19,4 %), en particular en la agricultura (33,7 %). Los factores de demanda por su parte se deben al crecimiento durante 2022 del gasto de los hogares que creció a tasas elevadas (7,8 %).
Este escenario inflacionario requiere medidas como un alza gradual de la tasa de interés para contener el elevado aumento de la demanda agregada, definida por el Banco de La República. La complejidad del manejo económico se da por la simultaneidad de los factores de oferta y demanda justo cuando se prevé que el mundo entre en una fase de bajo crecimiento y Colombia presenta alto déficit fiscal y externo. El gobierno debería promover un plan para aumentar la oferta de algunos alimentos como arroz, leche y pollo (más desarrollo productivo y menos rentas), y el Banco de la República revisar el aumento de la inflación en diciembre (1,26 %) versus noviembre (0,77 %). Aun así, lo más grave es el efecto en la población más pobre pues para estos la inflación fue cercana al 15.0 %; de ahí que se espere que la medición de pobreza del 2022 muestre aumentos elevados.
Se requiere en el 2023 un manejo aún más cuidadoso de la economía, el cual debe estar obviamente al margen de las veleidades populistas; incluso frente a este nuevo entorno deberán priorizarse algunas estrategias, programas y promesas como aquellos para combatir la pobreza y postergar otras del llamado cambio. ¡El palo no está para cucharas.!