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Columnistas | PUBLICADO EL 01 febrero 2022

Germina una conversación

Por Federico Hoyos Salazar contacto@federicohoyos.com

Las crisis dejan efectos positivos que a veces pasan desapercibidos, pero luego se entienden con el paso del tiempo. Este fue uno de los aprendizajes después de ver la película Múnich: en vísperas de una guerra (2021) del director alemán Christian Schwochow. La película transcurre en 1938 entre Londres, Berlín y Múnich, en medio de los planes de Hitler por invadir Checoslovaquia y de los esfuerzos del primer ministro británico Neville Chamberlain por evitar que su país fuera arrastrado a la guerra por la expansión nazi en Europa. Históricamente, Chamberlain ha sido presentado como un hombre ingenuo y carente de carácter; no obstante, esta película presenta otra faceta de los hechos y explica cómo las negociaciones de paz lideradas por el primer ministro británico resultaron en que se hubiera ganado tiempo para que tanto el Reino Unido como algunos países aliados se prepararan para la guerra que inevitablemente se presentaría con los nazis y sus aliados. Más allá del debate sobre este capítulo de la historia que puede tener detractores, resulta valioso pensar y obtener lecciones de los resultados positivos que nacen durante momentos aciagos.

Trayendo nuestra atención a la situación local, vale la pena mirar cómo en medio de los ya conocidos insultos, contradicciones y afán divisorio del alcalde de Medellín y sus aliados están ocurriendo situaciones inusuales y positivas desde otros sectores de la sociedad. Mientras se sigue promoviendo noticias falsas y difundiendo calumnias desde las cuentas de Twitter de diferentes servidores públicos, otras personas conversan y dialogan sobre el futuro de la ciudad. Pensadores, políticos, académicos y líderes comunitarios que antes no conversaban, bien fuera por diferencias de miradas o simple desconocimiento, hoy se encuentran y se reconocen en medio de sus diferencias con espíritu de respeto y deseos de construcción.

También, se analiza con serenidad por qué el populismo se insertó en las entrañas de la administración municipal a la vez que existe un proceso de autocrítica ante equivocaciones que se han cometido; entre ellas, la desunión por parte de quienes compartimos una visión de respeto por la democracia, la ética pública y el desarrollo. Resulta esperanzador ver cómo en Medellín germina nuevamente una conversación colectiva y diversa sobre un futuro de progreso social y unidad, más allá de los mensajes oficiales que abundan y que de manera vacía prometen un futuro que no se vislumbra.

Durante los años noventa, en medio de la violencia del narcotráfico, otro grupo de personas con sensibilidad social y deseos de colaborar activamente ante este panorama se unió primero para conocerse, escucharse y luego actuar con decisión. De este último diálogo surgió el fortalecimiento de organizaciones sociales, una mayor participación de los empresarios en el devenir público y una academia comprometida en aportar conocimiento aplicado al progreso de nuestra sociedad. Este modelo tuvo éxitos, también fallas y acciones inconclusas. Hoy, una conversación semejante revive con un nuevo impulso y ocurre gracias a que, precisamente, transitamos por un momento complejo, o de crisis, dirían algunos.

De la actual situación germina una nueva unión de voluntades y un propósito renovado por seguir construyendo una ciudad equitativa donde se viva bien y en armonía con los demás en medio de los desafíos de una nueva época y generación con demandas y expectativas diferentes 

Federico Hoyos Salazar

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