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Por Sofía Gil Sánchez - @sofiagilsanchez
Un alcalde con complejo de Rey Midas a la inversa causó pobreza, odio e inequidad en la ciudad. Un panorama que no ha opacado su alegría, su riqueza social, la dignidad de soñar con un mejor futuro o las ganas de salir adelante. A Medellín la corrupción le ha arrebatado la alimentación de los niños, la infraestructura de las instituciones educativas, la integridad de los escenarios deportivos, el estado de la malla vial, el acceso a la salud y, como último acto, su evento cultural más importante.
La Feria de las Flores sólo necesitaba el toque especial de Daniel Quintero para marchitarse. Después de 55 años de historia, el presupuesto se evaporó para las graderías públicas en el Desfile de Silleteros, los Tablados y el Desfile de Chivas y Flores. La Alcaldía de Medellín afirma que la falta de dinero es a causa de la negativa del Concejo Distrital de aprobar la solicitud de transferencias de EPM por $330.000 millones, un cuento creíble si no fuera porque el Proyecto de Acuerdo es público y no cuenta con un rubro para la Feria de las Flores.
No supo distribuir un presupuesto de $28,5 billones en cuatro años, el monto de transferencias de EPM más alto en su historia con más de $6,3 billones, la aprobación de vigencias futuras por $3,1 billones, pero quiere hacernos creer que los $330.000 millones solucionarían todas las problemáticas que creó. En el pasado, tildado como una época oscura por Quintero, se construyeron ambiciosos proyectos de transporte y movilidad, espacios públicos como Parques del Río, hospitales y no faltó el presupuesto para la Feria de las Flores.
En lo único que triunfa la administración es en los malos resultados. Adicional a las excusas presupuestales, que afortunadamente nadie cree, se canceló el concierto de apertura por no cumplir con las meta de entradas destinadas, dejando alertas encendidas en los comerciantes de bares y restaurantes por 3.000 empleos que se verían afectados por la cancelación de eventos y reducción de la programación. El alcalde decidió ser un héroe frente a los que temían por sus empleos afirmando que Luis Alberto Posada sería el cantante principal del concierto y el artista se vio forzado a desmentir a la Alcaldía de Medellín afirmando que no ha suscrito contrato alguno con esta entidad o con algún promotor de la Feria de las Flores para ese evento.
La lección política que heredarán los corredores de mil batallas de Daniel Quintero en la contienda electoral es la de responder acusaciones con mentiras enunciadas con seguridad y victimización, si así lo requiere. No fue suficiente su pelea política con falsos argumentos contra el Concejo de Medellín, el desfalco a la ciudad que no dejó obras importantes ni presupuesto para la Feria de las Flores, los engañosos anuncios, también decidió afirmar por medio de Twitter que, para la Feria de las Flores, estaban “listos para recibir a dos millones de visitantes”. El alcalde, aparte del presupuesto que eficientemente hizo desaparecer, no conoce absolutamente nada de la ciudad que gobierna, ¿dónde alojará dos millones de personas si la capacidad hotelera total de la ciudad son 10.000 camas?, ¿acaso los visitantes dormirán en las camas UCI que prometió en pandemia y nunca se activaron?
La alcaldía afirmó que el propósito de la Feria de las Flores es unir a Medellín, tenía razón, unió la ciudad en contra de los engaños de su cabeza política, unió a la ciudad en la esperanza de que vuelva la confianza en una administración alejada de la suya, unió a la ciudad en el consenso general que sí hay feria, pero de mentiras.