Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
Vigile al político por el que votó: si resultó electo, esté atento a sus acciones y presencia en redes sociales; exíjale rendición de cuentas de manera periódica. Si no ganó, observe qué rumbo toma.
Por Daniel Duque Velásquez - @danielduquev
El año de las elecciones regionales ha concluido. En Medellín, presenciamos una de las contiendas más acaloradas de las que haya recuerdo: enfrentamientos entre partidarios de distintos candidatos en las calles, acusaciones temerarias para desacreditar al oponente, insultos antes incluso de iniciar debates, y una abrumadora presencia de publicidad que ensució postes, puentes, semáforos, andenes, etc., entre otros hechos lamentables. Ahora, con el inicio de los nuevos gobiernos y un clima político más sereno, cuando los líderes llegan con su capital político intacto, se nos presenta una valiosa oportunidad para reflexionar sobre cómo elevar el ejercicio político. Quiero invitar hoy al lector de esta columna a entender la responsabilidad individual que tenemos en nuestros debates cotidianos, ya sea en redes sociales, o en reuniones con amigos o familia, con nuestro papel como ciudadanos que vivimos en una democracia.
Comprendo lo desafiante que resulta visualizarlo: en la era de las redes sociales, es fácil caer en disputas triviales, degradar el debate, y dejarse llevar por las emociones más primarias al escuchar a un político que no nos agrada pronunciar alguna tontería. Sin embargo, no podemos rendirnos ante esta dinámica. Si usted está leyendo esta columna, tiene la oportunidad de comprometerse con estos puntos y contribuir a la mejora de la política.
1. Vigile al político por el que votó: si resultó electo, esté atento a sus acciones y presencia en redes sociales; exíjale rendición de cuentas de manera periódica. Si no ganó, observe qué rumbo toma, si persiste en defender las ideas de campaña o si su compromiso era pasajero. No podemos seguir apoyando a políticos que incumplen sus promesas o actúan en contravía a lo que ofrecieron. Si considera que su político se equivocó, hágaselo saber.
2. Infórmese debidamente: manténgase informado sobre lo que sucede en su entorno. Recuerde que lo público nos concierne a todos, y es nuestra responsabilidad velar por ello. Seleccione cuidadosamente los medios de comunicación que consume y asegúrese de que no difundan información falsa ni fomenten la discordia.
3. Verifique la procedencia de la información: al consumir medios, cuestiónese sobre su línea editorial, contraste la información con otras fuentes. Evite compartir datos no verificados y, si en un momento de pasión difunde información incorrecta, rectifique, elimine la publicación y ofrezca disculpas.
4. Reconozca sus errores: admitir equivocaciones eleva el debate y fortalece la confianza. Si es necesario cambiar de postura debido a argumentos convincentes, hágalo con humildad. Nadie tiene todas las respuestas. Equivocarse es humano y valiente es reconocerlo.
5. No comparta contenido de cuentas anónimas: verifique si la persona que realizó la publicación es real o si se trata de un perfil generado artificialmente.
Nos encontramos en la era de la desinformación, donde la política se torna cada vez más hostil y desafiante. Emergen líderes con tendencias autoritarias y populistas que buscan cautivar a la gente con sus discursos. Nuestra responsabilidad no es evadir la política, sino más bien insistir en hacerla correctamente, basada en principios y con altura. Debemos ejercer una política de calidad.
A mis lectores, les deseo un próspero año, lleno de logros y felicidad.