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Columnistas | PUBLICADO EL 16 octubre 2022

Demandamos desde aquí

Jorge Henao

Pasan los días y siguen los ecos del discurso del señor Petro Urrego ante la ONU en el que dejó claro que busca “salvar la selva”. Pero irónicamente, muy orondo dijo que “nada más hipócrita que el discurso de salvar la selva”. Debemos valorar su entereza al reconocerse hipócrita. Y de los consumados.

Se preguntaba el hipócrita: ¿Cómo puede conjugarse la belleza de Colombia con la muerte?, ¿Cómo puede erupcionar la biodiversidad de la vida con las danzas de la muerte y el horror? Olvidó responder que los grupos de asesinos narcoterroristas a los que él perteneció, son los responsables de esa terrible combinación.

Dijo sin empacho que el carbón y el petróleo son el veneno de la humanidad. Pero no acató decir que el mortal veneno somos los ocho mil millones de angelitos que hasta ahora ocupamos esta tierrita y que disponemos de los recursos a nuestro alcance.

Habría que convencer a esa tribu de insensatos que no coman, que no tengan, que no gasten, sino que se dediquen a contemplar y a amar y que la pobreza es conveniente por ser racional y justa. Además de que compren lo más caro, no lo barato. En resumidas cuentas que no consumamos para que seamos felices y vivamos sabroso. La “Vice” podría encargarse de esa minucia.

Nos queda la firme esperanza que el señor Petro Urrego salve al mundo del cambio climático ya que los otros países no han sido capaces. Y si como dijo, el cambio climático es producido por el capital, la ganancia y la adicción al dinero, entonces que proponga que volvamos al trueque y asunto concluido.

Con broche de oro terminó diciendo que otra forma de acabar con la crisis ambiental es que los países no paguen su deuda externa.

Señor Petro Urrego: el cambio climático no se acaba subiendo los precios de la gasolina ni los impuestos. “Decrecerá” paulatinamente por la innovación y no por la prohibición, la destrucción, o la hambruna.

Yo demando desde aquí que no hable tanta paja... .

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