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Columnistas | PUBLICADO EL 16 enero 2021

¿Censura?

Por Aldo Civicoaldo@aldocivico.com

Ha generado preocupación el hecho que dos multimillonarios tengan el poder para silenciar al presidente de un país. La decisión de Twitter y Facebook de prohibir a Donald Trump seguir comunicándose con millones de seguidores ha sido interpretada por varios como un indebido acto de censura. Entiendo la preocupación, pero difiero con esta interpretación, puesto que cuando el ejercicio de un derecho lleva a reprimir otros derechos hasta quitarle a una democracia la libertad de expresión se convierte en una perversión. ¿Se imaginan qué hubiera pasado si Hitler o los extremistas Hutu en Ruanda tuvieran acceso a las redes sociales? Quiero decir: la libertad de expresión no puede ser el pretexto para que un presidente incite a la violencia. No se puede pervertir un pilar de la democracia, como lo es la libertad de expresión, transformándola en un arma para subvertir a la democracia.

Las imágenes que se regaron esta semana por las redes sociales nos hicieron más conscientes de la gravedad del asalto al Capitolio por parte de una horda incitada por el presidente Trump. Son imágenes horripilantes. Congela la sangre escuchar a una multitud gritar, refiriéndose al vicepresidente de Estados Unidos, “¡ahorquen a Mike Pence!”, mientras instalaban sogas frente al Congreso, como en la Edad Media. Preocupa que entre quienes participaron en el asalto hubo varios miembros retirados de las fuerzas armadas y de la policía. Un oficial retirado de la Fuerza Aérea llevaba esposas de plástico porque tenía la intención de "tomar rehenes", confirmó esta semana un fiscal. Por un milagro se evitó una masacre en el templo de la democracia de los Estados Unidos. Además, hay información de inteligencia que centenares de miembros de milicias armadas estarían llegando a Washington con la intención de crear disturbios a partir de este fin de semana por la toma de posesión del presidente electo Joe Biden. Frente a este contexto, y la posibilidad de más violencia, la decisión de Twitter y Facebook de cerrar las cuentas de Trump, quien durante los disturbios envió un mensaje a la horda declarando, “Los amo, ustedes son especiales”, fue un acto debido y responsable.

Además, no hay que olvidar que en nombre de la libertad de expresión, de la libertad de empresa y de mercado, las redes sociales, con pocas restricciones, han permitido, por lo menos desde el 2014, la proliferación incontrolada de noticias falsas y la inferencia de gobiernos extranjeros, precisamente de Rusia, en las elecciones del 2016. El resultado ha sido volver aceptable la ruptura de normas democráticas y la deslegitimación de las instituciones. De hecho, no hay que olvidar que la insurrección violenta de la semana pasada se dio porque el mismo presidente Trump y un grupo de republicanos irresponsables siguieron perpetuando, contra toda evidencia, que la elección de Biden fue ilegítima; una falsedad que se ha insertado sobre muchas otras, creando un ambiente hostil y violento inaceptable. Me pregunto: ¿la difusión intencional de noticias falsas con el propósito de subvertir un resultado electoral también es libertad de expresión? .

Aldo Civico

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