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Columnistas | PUBLICADO EL 08 julio 2021

CAZANDO A TRUMP

Por JORGE RAMOSredaccion@elcolombiano.com.co

Weslaco, Texas.– Desde el 2015, cuando me sacó con un guardaespaldas de una conferencia de prensa en Iowa, no veía a Donald Trump. Y ahora lo volvería a ver durante su visita a la frontera en Texas. Pero como casi todo lo que tiene que ver con Trump, las cosas no salieron como yo imaginaba.

Cuando tratas de cazar a alguien como Trump, no importa lo que pase, tienes que saber que él nunca va a aceptar que perdió. Es el típico mal perdedor. Berrinchudo y vengativo.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, había invitado a Trump para apoyar su idea de un nuevo muro en la frontera de su estado con México. Abbott ha declarado un estado de “desastre” por el número de indocumentados cruzando la frontera ilegalmente –en mayo fueron más de 180 mil– y se opone a lo que llama la política de “frontera abierta” del actual presidente Joe Biden. Con esa declaración espera conseguir dinero para construir un nuevo muro en los lugares donde aún falta en la frontera de Texas con México.

Pero hay un pequeño problema. El esfuerzo sería inútil. Casi la mitad de todos los inmigrantes indocumentados llegan por avión o se quedan más allá de lo que dice su visa (según el Centro Pew es el 45 por ciento y de acuerdo con el Center for Migration Studies es el 42 por ciento). Por lo tanto, no importaría qué tan alto fuera el muro de Texas con México, esa estrategia no funcionaría.

Eso es lo que yo le quería decir a Trump y al gobernador Abbott. Que los muros no funcionan. Y que no es cierto que Trump construyó “casi 500 millas de muro” con México, como suele decir, cuando en realidad solo habían sido 47, según reportó The New York Times. Y México, por cierto, no pagó ni un centavo por ese muro.

Pero no pude. Trump venía protegido con un sistema de seguridad que evitaba que los reporteros nos le acercáramos. Y después de su reunión pública con el gobernador y con otros políticos estatales, no nos permitieron hacer ni una sola pregunta.

Así que al terminar la reunión y en medio de los aplausos no tuve más remedio que gritar varias veces el nombre del expresidente, para llamar su atención, y acercarme lo más posible ante los ojos vigilantes de los agentes del servicio secreto. Funcionó. Trump me vio e, irónicamente, dijo: “Mira, mi amigo está ahí”. Por supuesto que no soy amigo de Trump pero su expresión llegó a los oídos de los agentes quienes me dejaron llegar a unos dos metros del exmandatario.

Y ahí, en solo unos segundos, tuve que cambiar de estrategia. Mis preguntas sobre migración eran demasiado largas y complejas para dispararlas mientras Trump salía del salón. Así que me fui al Plan B:

- “¿Va usted a reconocer finalmente que perdió las pasadas elecciones?”, le pregunté casi en la puerta.

– “Ganamos la elección”, me dijo mirándome directamente a los ojos.

– “No”, le respondí. “Usted perdió la elección. Usted perdió el Colegio Electoral. ¿Cuándo va a reconocer eso?”.

Trump se volteó, siguió caminando y no respondió más. Fin de la conversación. La realidad es que Joe Biden obtuvo 306 votos electorales frente a 232 de Trump en las elecciones presidenciales de noviembre; Biden consiguió más de 81 millones de votos ante los 74 millones de Trump.

El fenómeno Trump es preocupante y peligroso para la democracia estadounidense. Muchos han caído en sus mentiras y la insurrección e invasión del Capitolio del 6 de enero por parte de sus seguidores fue una seria amenaza para la estabilidad del país.

Entre los latinos, Trump ha ganado adeptos. Un nuevo estudio del Centro Pew indica que el 38 % de ellos votaron por Trump en las pasadas elecciones presidenciales. Esto es mucho más que el 28 % que lo hicieron en el 2016. Claramente los comentarios racistas de Trump –como aquello de que los inmigrantes mexicanos son “criminales” y “violadores”– no fueron un impedimento para votar por él.

Trump, mientras tanto, sigue jugando con la idea de su reelección en el 2024. Y por más aborrecibles y falsas que sean sus ideas, no es posible perderle la vista. Por eso fui a verlo a la frontera. Al menos esta vez no me sacaron

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