El futbolista colombiano fue criticado de manera vehemente en Colombia por no haber asistido al velorio del portugués y aparecer, el mismo día, con influencers, cumpliendo un compromiso comercial.
En el país lo acribillaron. No tanto por la ausencia en el entierro de Diogo Jota, sino por lo que se le vio haciendo mientras eso ocurría en Portugal, al otro lado del Atlántico. Hace una semana, cuando los futbolistas del Liverpool que estaban en Europa acompañaron a la familia del fallecido delantero en las honras fúnebres, Luis Díaz estaba en Colombia, reunido con influencers.
El extremo guajiro, de 28 años, acompañó a la Selección Colombia de creadores de contenido, que jugaba un torneo, en la concentración. Allí habló, con un canal de televisión, sobre la tristeza que le generó la noticia cuando, al despertarse, la vio en el celular. Estuvo en shock. Después, cuando procesó el tema, realizó una publicación en sus redes sociales lamentando el fallecimiento sorpresivo de su compañero de equipo.
Eso fue noticia. Sin embargo, el mismo día –aunque las publicaciones salieron después–, Díaz fue visto en redes sociales bailando, saltando, compartiendo con los creadores de contenido en un ambiente festivo. Las historias no las subió él, sino las personas con las que estaba. De inmediato empezaron a criticarlo en redes sociales. El contexto del futbolista lo “expuso” y después no supo cómo superar la crisis que se generó.
Todo el mundo esperó que “Lucho”, quien no viajó porque las escalas que tenía que hacer desde Barranquilla hasta Porto eran de más de 24 horas, hablara o pidiera disculpas. El futbolista guardó silencio. Su entorno también. Intentaron bajar la marea desapareciendo, guardando un bajo perfil. Desde la costa se dijo que él quería pedir disculpas. Pero no lo hizo.
No se supo más del jugador hasta el miércoles, cuando, después de viajar a Europa para unirse a los entrenamientos de pretemporada del Liverpool –donde el ambiente aún es de tristeza por la pérdida de Jota–, se dejó ver en Gondomar, el municipio cercano a Oporto donde nació, creció y fue enterrado Diogo junto a su hermano André, después de salir de la eucaristía de conmemoración de los siete días.
Lucho estaba de luto. Completamente vestido de negro y con el rostro desencajado, muchas veces mirando al suelo, fue fotografiado al salir de la ceremonia religiosa. Pero el jugador colombiano no fue el único que apareció en Portugal, después de no haber ido al velorio. También lo hizo el brasileño Alisson Becker, que tampoco asistió inicialmente.
Además de las figuras suramericanas del Liverpool, estuvieron en la ceremonia los futbolistas portugueses José Sá, Rúben Neves (mejor amigo de Jota), Diogo Costa, Joao Mário, André Horta y Jorge Mendes, uno de los representantes de jugadores más reputados del mundo.
Liverpool, que ya tiene a casi todas sus figuras en Europa, disputará un partido amistoso el próximo 13 de julio, las 9 de la mañana de nuestro país, contra Preston North End. Ese día, seguro, habrá un homenaje para Diogo Jota por parte de sus compañeros de equipo.
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