Con la premisa de que no hay posibilidad de ser un buen exportador si no se tiene una cadena de provisionamiento competitiva y “se necesita importar para exportar” la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Anldex) inició ayer su XIII Foro Nacional de Importadores que esta vez tiene un toque diferente por los cambios que la pandemia implica para el comercio mundial.
Uno de ellos, indicó Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, es la priorización de las cadenas regionales de valor –negocios con los países de la cercanos–.
¿Por qué? Según Díaz, con la coyuntura la tendencia es que las cadenas globales se dificultan y por ello varias compañías se fijan en zonas estratégicas y cercanas para mudar sus centros de producción. Así, uno de los que cuenta con mayor potencial y podría beneficiar a Colombia en este sentido es Estados Unidos, con el que es factible pensar en “importar exportadores”.
“Estados Unidos da para analizar en atraer algunas inversiones y que se localicen acá en una estrategia que se llama importación de exportadores a través de procesos productivos ancla que nos permitan acceder a esa cadena regional de valor en una escala mucho mayor que lo que pueden hacer las empresas que están localizadas hoy en Colombia”, explicó el ejecutivo.
Más allá de las oportunidades Díaz también se refirió a algunos desafíos que está afrontando el sector. Particularmente a que pese a que los fletes por contenedor durante la etapa álgida de la guerra comercial entre Estados Unidos y China rondaban los 450 dólares y luego se normalizaron en 2.500 dólares, últimamente han visto aumentos excesivos con la situación del covid.
“Cuando se da el cierre de China y luego su reapertura pasaron a entre 8.000 y 10.000 dólares; la situación se ha ido normalizando y el flete está en cerca de 7.000 dólares pero si no se regulariza es difícil tener un comercio mundial porque esto afecta la competitividad”, comentó.
En resumidas cuentas, por la situación aumentaron los costes marítimos y eso impacta tanto a importadores como a exportadores, siendo uno de los aspectos a los que debe sobreponerse el comercio, dijo Díaz. Además, frente al ámbito local anotó que una de las principales tareas pendientes es establecer reglas del juego claras en materia tributaria, específicamente sobre tasas efectivas para las empresas.
“Definir esto resulta fundamental para poder atraer compañías; esperamos que Colombia cuente con tasas impositivas competitivas ante otros países de la región; el otro tema es facilitación del comercio, también clave”, acotó.
Sobre las perspectivas exaltó que la Organización Mundial del Comercio (OMC) vaticina un crecimiento del intercambio mundial de bienes del 8 % y que a final de cuentas la caída que se detalló el año pasado no fue tan profunda, teniendo en cuenta que se proyectaba un -32 % que al final se convirtió en un -5,3 %.
Las oportunidades
De su lado, la viceministra de Comercio Exterior, Laura Valdivieso, resaltó el rol que del sector para la recuperación económica del país y por ello valoró distintas acciones adelantas desde el Gobierno.
Una de ellas es la modernización del Plan Vallejo de servicios en el que se incluyeron varias flexibilizaciones y “se amplío el número de las subpartidas arancelarias para importar, pasando de cubrir 639 a 1.194, así como un trabajo con todos los sectores identificando qué es lo que necesitan para producir y ofrecer sus servicios”.
Igualmente puso sobre la mesa una serie de metas para llevar a más empresas a exportar y apoyar a las que ya lo hacen dentro de las que se destacan la cifra de 850.000 mipymes que se buscan acompañar en el marco de la dinamización del tejido empresarial, elevar las ventas externas no mineras a los 25.000 millones de dólares y atraer 9.800 millones en Inversión Extranjera Directa a renglones no mineros, entre otras.
Entre las perspectivas y prioridades para el comercio exterior nacional la viceministra ejemplificó la facilitación de la inversión extranjera para resolver cuellos de botella que se le presentan a quienes desean desembarcar en el país, la atracción intensiva en mano de obra y el aprovechamiento de la presidencia ‘pro témpore’ de la Alianza del Pacífico, la Comunidad Andina y Prosur, por ejemplo.
Aprovechar más mercados
Dentro del evento organizado por Analdex también hubo espacio para analizar las oportunidades que ofrecen países cercanos como Chile o México y conocer su experiencia en comercio internacional.
En ese sentido, Marcela Aravena, directora comercial de Prochile Colombia, valoró que para el país austral Colombia es el tercer mercado de destino de inversión con cerca de 20.000 millones de dólares y empresas instaladas en sectores como el retail y el agrícola, y que entre ambos territorios hay un acuerdo comercial vigente desde 2009.
“Chile es un aliado estratégico que puede ayudar, no solo con Colombia, sino con terceros mercados”, indicó.
Hoy, vale referenciar, tanto las importaciones como las exportaciones nacionales están relacionadas con Estados Unidos y China mayoritariamente. Además, por sectores, las compras al exterior están jalonadas por las manufacturas y equipos necesarios para el aparato productivo, mientras que las ventas las impulsa el petróleo, por lo que se precisa negociar con nuevos bienes y socios.
Pero para que todo ello ocurra, advirtió Díaz Molina, de Analdex, hay que ganar terreno en digitalización de los trámites e infraestructura para reducir tiempos y costos. Esa necesidad la ejemplificó en que mientras en países de la Alianza del Pacífico el tiempo de aduana es de 49 horas en promedio, para Colombia llega a las 112. Además, el ejecutivo mostró su expectativa frente a que se siga disminuyendo el lapso para conectar el centro del país y los puertos, como es el caso de los trayectos Medellín - Cartagena y Bogotá - Buenaventura.