En el marco de sus 50 años, Promigas presentó la vigésima quinta edición del Informe del Sector Gas Natural en Colombia, en el cual destacan el rol fundamental que juega el gas natural en medio de los esfuerzos globales por alcanzar el equilibrio entre la seguridad energética, la asequibilidad de la energía y la sostenibilidad ambiental.
De acuerdo con el informe, una transición desordenada, en donde se sustituya la demanda de gas natural por alternativas como el hidrógeno y el biometano, le implicaría al país un costo estimado de aproximadamente 390 billones de pesos, equivalentes a 20 reformas tributarias de 2022.
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Para Promigas, aunque en el largo plazo estas alternativas serán claves para la descarbonización, actualmente su implementación a gran escala es técnica y económicamente inviable.
Frente a lo anterior, en el informe se ratifica que Colombia debe aprovechar sus recursos y habilitar todas las palancas para desarrollar un esquema de gas de portafolio.
Asimismo, advierte que la señal de escasez de gas nacional y la incorporación de gas natural importado (GNI) y recursos offshore al portafolio, provocarían un aumento en las facturas de los usuarios residenciales.
Por ejemplo, afirma, en un escenario en el que el suministro se componga en un 50% de gas local y un 50% de gas importado mediante contratos de largo plazo, podrían generarse incrementos aproximados del 23% en las facturas.
Reactivar nuevos contratos y flexibilizar regulación
La compañía plantea la importancia de reactivar la asignación de nuevos contratos de exploración, y adoptar medidas para facilitar el desarrollo de los proyectos en curso, con especial énfasis en los ubicados costa afuera, puesto que las reservas de gas de Colombia se estiman para 6,1 años y se anticipan déficits parciales para el próximo año en el interior del país.
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El documento enfatiza en la importancia para el país de crear un esquema de gas de portafolio que, a través del desarrollo de recursos propios y la importación desde la Costa Atlántica y del Pacífico, evite un déficit estructural, garantizar el suministro, mayor competencia y mejores precios para el usuario final.
También hace un llamado a flexibilizar la regulación de comercialización de gas para adaptarla a los mecanismos del mercado internacional y poder cubrir los déficits previstos, considerando los precios competitivos actuales de gas natural importado (GNI).
“De no contratar GNI a largo plazo y recurrir al mercado spot, los incrementos podrían llegar al 32%. En un escenario donde el GNI sea la única fuente de suministro y se adquiera exclusivamente en el mercado spot, el aumento en la factura del usuario residencial podría acercarse al 40%”, resalta el informe.
Agrega que los incrementos mencionados generan un desequilibrio en el trilema energético, afectando la equidad y la asequibilidad, lo que podría comprometer la meta de Colombia de reducir la pobreza energética.
“Además, la falta de acceso al gas natural impacta al eje de sostenibilidad, al forzar el retorno a energéticos más contaminantes como la leña, el carbón y los líquidos. Sin embargo, es importante considerar que los incrementos previstos para el gas natural son significativamente menores en comparación con los costos asociados a prescindir de él en Colombia”, recalca Promigas.
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