La historia de Postobón comenzó el 11 de octubre de 1904 en Medellín, con una pequeña fábrica, hoy está representada por 18 plantas de producción y 53 centros de distribución.
Postobón está de fiesta, ¡cumple 120 años! Desde su inicio en 1904 con la Kola Champaña en Medellín, se ha convertido en una empresa incónica de bebidas en la vida de los colombianos.
La compañía no solo ha creado marcas emblemáticas como Agua Cristal y Manzana Postobón, sino que también ha impulsado el desarrollo social y económico del país.
Ahora está en los mercados de bebidas no alcohólicas, cervezas, maltas y alimentos como salsas, snacks y café, que genera 19.036 puestos de trabajo, de las cuales 11.418 son empleos directos.
Por eso, en EL COLOMBIANO conversamos con Miguel Escobar, presidente de Postobón, para conocer el impacto de la empresa en el diario vivir colombiano y cómo la innovación y la sostenibilidad son claves para el futuro empresarial.
“Vamos a 1904. Dos emprendedores crean una empresa para producir en Colombia las bebidas refrescantes que eran una novedad en el mundo. Eso es innovar. Construir una red de distribución que inició incluso a lomo de mula y que hoy llega al 90% del territorio nacional y crear estándares de industria como la tapa corona, también es innovar. Cómo no mencionar la innovación de Carlos Ardila Lülle, quien, con su visión empresarial y el acompañamiento de sus hijos, creó lo que somos y le entregó a la compañía su gran invención: Manzana Postobón. Participar en más de 10 categorías de consumo masivo con más de 45 marcas que son cotidianas, es innovar”.
“Carlos Ardila Lülle decía: “cuando Postobón avanza, toda Colombia lo hace”. Hoy, son cerca de 19.000 oportunidades trabajo que creamos. Nos articulamos con 71 encadenamientos productivos. Aportamos a las comunidades con programas como Hit Social, que apoya a 1.576 agricultores de fruta en 10 departamentos, o Faro Postobón, que acompaña a 6.500 recicladores de oficio para que mejoren su condición de vida”.
“En 2023, destinamos cerca de $35.000 millones a programas socioambientales. Fuimos la primera empresa de bebidas carbono neutro y certificamos en neutralidad de materiales a las marcas Agua Cristal y Hatsu. Fuimos pioneros en el uso de energía fotovoltaica en operaciones industriales. En los últimos 10 años, redujimos 44% el consumo de agua por litro de bebida producido. Tenemos 657 vehículos bajos o cero emisiones. Beneficiamos a 202.000 personas en 25 departamentos con programas sociales. Apoyamos a recicladores y agricultores de fruta, y pupitres hechos con cajitas de Tetra Pak recicladas a instituciones educativas públicas. Propiciamos el acceso al agua, por ejemplo, en mayo entregamos un tanque de agua en Caloto, Cauca, para el acceso a 8.000 personas”.
“Tenemos una gran capacidad de adaptación. Eso mantiene vigentes nuestras marcas y las hace parte de la idiosincrasia del país. Los cambios en las preferencias de los consumidores los asumimos como un reto de entendimiento y anticipación para crear nuevas opciones. En los últimos tres años realizamos 73 lanzamientos de productos y presentaciones derivadas de procesos de innovación, todas orientadas a esas preferencias y tendencias de consumo”.
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“Lo entendemos como algo relevante para dinamizar el mercado y ratificar que nuestra oferta crea experiencias y transformar momentos. No en vano nuestro propósito superior invita a ser las opciones para tomarse la vida. Es el caso de Bretaña, una marca centenaria muy dinámica y versátil y otras marcas más recientes como Postobón Acqua, SpeedMax y Hatsu, que llegan a diferentes públicos. Si eso lo seguimos apalancando en nuestra red de distribución para llegar a tiendas, restaurantes, hogares, sin duda, mantendremos la ventaja competitiva para seguir siendo líderes de mercado”.
“Más que presión, es un reto para seguir fortaleciendo lo que mejor hacemos: desarrollar marcas y categorías. Hoy, además de contar con nuestras marcas y las de aliados como PepsiCo y RedBull, incorporamos otras como Andina, Heineken, Miller Lite, Tecate, Sol y 3Cordilleras, y salsas, snacks y café, con marcas como Bary y Tostao”.
“Nuestra relación con ellos se basa en la construcción de valor. La historia muestra que somos acuciosos creando modelos de atención para entregar propuestas únicas, bien sea para las tiendas, minimercados de barrio o grandes cadenas. No en vano llegamos a más de 453.000 puntos de venta a lo largo y ancho del territorio nacional. La clave es estar presentes de forma accesible y rentable para la sostenibilidad financiera de nuestros clientes”.
“Más allá de los 25 países a los que exportamos, con el apoyo de la Organización Ardila Lülle desarrollamos posiciones propias de producción, comercialización y distribución en España, Estados Unidos y Ecuador. Además, contamos con una estructura dedicada al desarrollo de mercados étnicos, nostálgicos y generales. La expectativa que tenemos es la de superar los USD$100 millones de dólares de ventas internacionales este año”.
“Desde hace 10 años, apalancados en la innovación, nos anticipamos a las expectativas de consumo e iniciamos un proceso de reducción calórica en las bebidas sin afectar sus perfiles de sabor. Hoy, la mayoría del volumen de ventas proviene de productos bajos o libres de calorías. Eso da cuenta de cómo respondemos al entorno regulatorio sin perder competitividad”.
“No lo dude. Todos, de una u otra forma, tenemos una historia que nos une a Postobón. Eso nos motiva a seguir aportando al país por muchos años más con optimismo y con la misma convicción que siempre lo hemos hecho”.
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La historia de la compañía comenzó el 11 de octubre de 1904, cuando Gabriel Posada, quien estudió Química en Londres; y Valerio Tobón, un boticario de Guarne, se unieron para sacar adelante un emprendimiento, bajo el convencimiento de que los habitantes de la Villa de la Candelaria, una población en ese entonces de 58.000 personas, que hoy se conoce como Medellín, podrían disfrutar del sabor refrescante de una bebida que llamaron Kola Champaña, como se llamó la primera marca de la compañía.
Desde ese momento, la vocación de crecimiento de Postobón fue una constante gracias a marcas que deslumbraron a los colombianos como Agua Cristal, Bretaña, Freskola y, por supuesto, otros sabores de Postobón.
Su expansión significó llegar a todos los rincones del país incluso a lomo de mula, creando una primera red de distribución que fue la base para la actual, que llega al 90% del territorio nacional.
Pero el verdadero potencial de Postobón llegó en la década del 50 de la mano de Carlos Ardila Lülle, quien desde Gaseosas Lux vislumbró un futuro prometedor para la compañía, acompañado de su gran creación: la icónica Manzana, una bebida icónica en Colombia.
Gaseosas Lux adquirió a Gaseosas Posada Tobón y Carlos Ardila Lülle asumió la Presidencia de la compañía en 1968. Desde ese momento, con su visión avanzada y talante empresarial, hizo de esta compañía un ejemplo en la industria de cómo innovar, crecer y ganar, generando valor y desarrollo sostenible para la sociedad, haciendo de Postobón un elemento fundamental en la cultura popular del país y un bastión de progreso, desarrollando un mercado clave para la economía nacional al crear las categorías de bebidas y las marcas que más llegan al consumidor.
