Tras siete años al frente de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía cierra un ciclo marcado por la defensa de la independencia técnica del principal centro de pensamiento económico del país. El economista conversó con EL COLOMBIANO sobre el inicio de una nueva etapa como líder de su propia firma consultora y también sobre los retos que le esperan a la economía en materia fiscal y de inversión para 2026.
Mejía hace un balance crítico del último año del gobierno de Gustavo Petro y advierte que el crecimiento observado, sustentado en el gasto público y el consumo, no es sostenible. A su juicio, la caída de la inversión, el elevado déficit fiscal y las señales de populismo económico están configurando un escenario de corto plazo que compromete la estabilidad futura.
Entérese: Tras renunciar a Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía lanzará su propia firma de consultoría
Por ello, insiste en que el próximo gobierno tendrá que enfrentar un ajuste fiscal inevitable y diseñar una estrategia clara para reactivar la inversión privada. Aquí la conversación.
¿Cuéntenos qué logró en los siete años que estuvo al frente de Fedesarrollo?
“Fueron siete años continuos de servicio como director de Fedesarrollo, la mayor permanencia en los 55 años de historia de la institución. Dejo una institución con solidez financiera, con un récord histórico en donaciones durante mi gestión, con prestigio técnico y proyección internacional. Fuimos reconocidos como el primer centro de pensamiento de Centro y Sudamérica por la Universidad de Pensilvania y fortalecimos la capacidad de incidencia en la política pública. Me voy con la satisfacción de haber cumplido mi tarea y con la certeza de que Fedesarrollo seguirá aportando de manera decisiva a la política económica y social del país”.
Después de siete años en el cargo, ¿qué viene ahora para usted?
“Voy a asumir un reto personal y profesional que venía pensando desde hace algunos años. A partir de enero del próximo año lanzaré una firma de consultoría económica y estratégica, luego de mi trayectoria en el sector público, el sector privado y una larga experiencia en políticas públicas”. “Estaré trabajando en consultoría en temas económicos y sociales, y también en algunos asuntos relacionados con inteligencia artificial. Además, participaré en juntas directivas donde podré aportar mi experiencia y visión en temas económicos”.
¿Con qué equipo arrancará este proyecto?
“Por ahora comenzaré como socio senior, acompañado de un par de personas junior. En la medida en que la firma se consolide y crezca, evaluaremos la entrada de otros socios. Inicialmente será un equipo pequeño y estaré liderando buena parte del trabajo”.
Entrando en el análisis económico, ¿cuál es su balance del último año del gobierno de Gustavo Petro?
“Creo que ha dejado un muy mal legado en materia económica. Si bien algunas cifras lucen razonables, como el crecimiento de 2,8% hasta el tercer trimestre o la reducción en la tasa de desempleo, el crecimiento actual está sostenido en el gasto público, que creció 15% en el tercer trimestre, una cifra que no se veía hace dos décadas y en el consumo de los hogares. Ese tipo de crecimiento, basado en consumo y gasto, no es sostenible”.
Consulte: Petro asegura que presentará una reforma tributaria enfocada en “los megarricos”, ¿qué se sabe?
¿Por qué considera que no es sostenible?
“Porque la única forma de aumentar el crecimiento de manera sostenida es a través de la inversión. Hoy la inversión está alrededor del 16% del PIB, cuando históricamente estaba entre el 21% y el 22%. Esto significa que las buenas noticias son de corto plazo y que el próximo gobierno tendrá que hacer el ajuste más difícil: apretarse el cinturón fiscal y generar una estrategia para reactiva la inversión. Lo que estamos viendo es el efecto de políticas populistas, tienen efectos de cortos plazo, pero malos en el mediano plazo”.
Uno de los temas más críticos es el déficit fiscal. ¿Qué propone Fedesarrollo para corregirlo?
“Los dos problemas más graves que enfrentará el próximo gobierno son el alto déficit fiscal y la baja tasa de inversión, y están directamente relacionados. Por eso planteamos una estrategia integral de ajuste y crecimiento que combine varias medidas. La primera parte de la estrategia es un recorte del gasto público de 1,4% del PIB, cerca de 25 billones de pesos.
También proponemos una reforma tributaria orientada a ampliar la base de contribuyentes, no a que quienes ya pagan impuestos paguen más, sino ampliar las bases gravables. Además, planteamos reducir gradualmente la tarifa del impuesto de renta empresarial, que hoy es del 35%, la cuarta más alta del mundo. La propuesta es llevar la tarifa al 24% para empresas pequeñas, al 28% para medianas y al 33% para grandes, con el fin de mejorar la competitividad y estimular la inversión”.
¿Cuál es su balance de las reformas impulsadas por este Gobierno?
“Es valioso que el gobierno haya puesto sobre la mesa reformas estructurales, muestra una disposición para proponerle al Congreso temas de fondo. Sin embargo, de las tres grandes reformas —pensional, laboral y de salud— solo una representa un avance importante, que es la pensional. Las otras dos son un retroceso en lo que tenía el país. La de salud no amerita mucha discusión porque no está aprobada, pero el Gobierno profundizó los problema de liquidez y atención. La laboral encareció el costo del empleo formal.
Las advertencias que hicimos desde Fedesarrollo no fueron atendidas y hoy vemos los resultados: más informalidad y menos empleo asalariado de calidad. El Dane recientemente reveló una cifra que fue la prueba reina de que lo que advertimos, realmente ocurrió: entre enero y octubre hubo un aumento de 790.000 ocupados frente al año anterior, parece positivo, pero la mayoría corresponde a empleo informal e independiente.
Le puede gustar: Economía colombiana creció 2,9% en octubre impulsada por administración pública, educación y salud
Los asalariados de tiempo parcial que ganan menos de un salario mínimo, aumentaron en 830 000. Mientras que los asalariados que ganan un salario mínimo o más, que es lo que uno querría desde el punto de vista de empleo, cayeron 430 000. Esto reflejando justamente todo lo que habíamos anticipado, que esta reforma iba a generar empleo informal y que iba a ser más difícil la generación de empleo (...).
Y la reforma pensional, creo que no es la mejor posible, pero es un avance fundamental. Uno de los temas que probablemente ningún otro gobierno, sino uno de izquierda habría podido hacer es limitar sustancialmente los subsidios en el régimen público, que hoy en día están hasta 25 salarios mínimos y que en esta reforma quedaron acotados a 2,3 salarios mínimos. Es un avance importantísimo, que independiente de la decisión de la Corte, hay que mantener, así sea con una nueva reforma o con la actual si es que la Corte la declara exequible”.
En los últimos cuatro o cinco años el salario mínimo ha crecido muy por encima de la inflación y la productividad laboral. ¿Qué tanto incide esto en el aumento de la informalidad?
“Completamente. El costo de contratación del empleo formal está determinado por el salario mínimo, el subsidio de transporte —que hace parte del ingreso de un trabajador que devenga un salario mínimo— y los costos adicionales asociados a recargos dominicales, festivos y horas extras, que aumentaron con la reciente reforma laboral. Todo esto explica por qué, según las cifras más recientes, lo que más ha crecido en lo corrido del año es el empleo asalariado de tiempo parcial”.
¿Qué hay detrás de ese comportamiento del empleo de tiempo parcial?
“Los sectores de comercio, industria y servicios están tratando de mitigar el impacto del aumento en el costo de la nómina formal mediante el uso de empleo de tiempo parcial. No es lo deseable, pero es la respuesta racional de un microempresario que no puede sostener incrementos muy elevados en el costo del empleo formal. Indudablemente, el salario mínimo ha afectado no solo la calidad del empleo, sino también la inflación. Colombia, a diferencia de países pares como Chile, México y Perú, mantiene una inflación por encima de la meta del Banco de la República, que está entre 2% y 4%. Llevamos cinco meses consecutivos con una inflación superior al 5%.
Le puede gustar: Economía colombiana creció 2,9% en octubre impulsada por administración pública, educación y salud
La lectura del Gobierno es distinta y sostiene que el aumento del salario mínimo impulsa el consumo de quienes lo reciben...
“Son medidas que se califican como populistas porque tienen efectos favorables de corto plazo y son populares, pero generan problemas en el mediano y largo plazo. Los incrementos elevados del salario mínimo terminan produciendo más informalidad, como ya lo muestran los últimos datos del Dane. El aumento del gasto público ha derivado en caídas de la inversión, incrementos en las tasas de interés y, en últimas, en costos que deberá asumir el próximo gobierno. Son estrategias de crecimiento al debe”.
Todavía no se conoce el incremento del salario mínimo, pero lo más probable es que sea de dos dígitos ¿Cómo ve ese escenario?
“Si se decreta nuevamente un aumento en dos dígitos, las consecuencias van a ser las mismas: deterioro en la calidad del empleo, mayor generación de empleo informal —algo atípico en Colombia— y presiones adicionales sobre la inflación.
En la década pasada, cerca del 85% del nuevo empleo era formal y solo el 15% informal. Hoy ocurre lo contrario. Además, el propio Banco de la República ha manifestado, en su más reciente junta, una enorme preocupación por los efectos que un aumento de dos dígitos del salario mínimo tendría sobre la inflación y, en particular, sobre las expectativas inflacionarias”.
¿Qué tendría que pasar para que el Banco de la República baje la tasa?
“No, cambió completamente el panorama de la política monetaria. Ahora vemos más aumentos de la tasa de interés, al menos en la primera mitad del próximo año. Estamos anticipando que la junta del Banco va a tener que subir al menos tres ocasiones su tasa de interés, porque los dos elementos que están jugándole en contra para reducir la tasas, que son el aumento del salario mínimo y el alto déficit fiscal, no se van a corregir antes de la primera mitad del próximo año y eso va a subir las expectativas de inflación y el Banco de la República tendrá que mostrar su mano dura”.
¿Entonces, su proyección es que la tasa vuelva a dos dígitos?
Usted también es docente universitario, ¿qué calificación le pone al desempeño económico del Gobierno?
“Dos sobre cinco. Se raja en materia fiscal y de inversión”.
¿Cuál será el hecho económico más importante del próximo año?
“El anuncio del ajuste fiscal del nuevo gobierno. Ese es el hecho determinante. Los mercados están relativamente tranquilos porque confían en que un nuevo gobierno independiente de su inclinación ideológica va a llegar a proponer y a hacer un ajuste fiscal muy importante. Colombia no puede estar con déficit permanente del 7% del PIB, eso es infinanciable (...)”.
¿Cuál es la proyección de Fedesarrollo para el crecimiento económico en 2026?
“2,9%, muy similar a este año. Serían cuatro años consecutivos creciendo por debajo del 3%, principalmente por la baja inversión”.
¿Volvería al Gobierno si se lo propusieran?