Por Ferney Arias jiménez
Al promediar el mandato del presidente Iván Duque los entornos macroeconómicos local y global observan incertidumbre. La situación económica afectada por la emergencia sanitaria de la covid-19 refleja en los indicadores fundamentales como el empleo, la inflación y el Producto Interno Bruto (PIB) sus impactos negativos.
En ese contexto, las cifras de empleo reportadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) muestran que en agosto de 2018, cuando Duque llegó a la presidencia, 22,67 millones de colombianos estaban ocupados, pero a junio de este año ese número bajó a 18,34 millones, lo que significa que 4,33 millones de personas dejaron de trabajar, y así la tasa de desempleo pasó de 9,2 % a un 19,8 %.
Por su parte, el costo de vida o inflación ha estado en el rango de tolerancia fijado por el Banco de la República, entre 2 % y 4 %, pero los valores negativos reportados en mayo (0,32 %) y junio (0,38) y el índice de 0 %, observado en julio, lo ubican hoy en 1,97 % para los últimos doce meses (ver Dicen de...).
Según los investigadores económicos de Bancolombia este desempeño obedeció a la aplicación temporal de alivios en el pago de servicios públicos y a la contracción tanto en el consumo como en el ingreso de los hogares, que serán elementos determinantes en la evolución de la inflación en lo que resta del año para llevarla entre 1,3 % y 1,8 % (ver gráfico).
Sobre el crecimiento del PIB o de la economía colombiana, que en las estimaciones del Marco Fiscal de Mediano Plazo 2019 el Ministerio de Hacienda proyectó en 4 % para 2020, tuvo por la pandemia un ajuste y ahora se espera que cierre en -5,5 %.
Esa cartera considera que el choque afectará tanto la producción como la demanda y que los sectores más afectados serán comercio, construcción, arte, entretenimiento y recreación.
La vacuna
En mayo de 2019 el mandatario sancionó el Plan Nacional de Desarrollo el cual contempló inversiones por 1.096 billones de pesos a 2022, incorporó 540 metas, así como estrategias y herramientas para que las decisiones de políticas locales, regionales y nacionales estén orientadas a la reducción de la pobreza, la generación de empleo, el estímulo al crecimiento económico y a propiciar oportunidades a todos los colombianos.
La pandemia declarada en marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso sobre la mesa otras urgencias, y el miércoles ante empresarios colombianos que estuvieron en el acto de conmemoración del primer año de la firma de los Pactos por el Crecimiento y la Generación de Empleo, el presidente Duque enfatizó en que la nueva hoja de ruta del Gobierno es la reactivación económica y social. Se ejecutará entre 2020 y 2022, y prevé inversiones por 100 billones de pesos y la generación de un millón de empleos directos e indirectos.
La presidenta del Consejo Gremial Nacional (CGN), Sandra Forero, respaldó los planes gubernamentales para reactivar la economía, el empleo y aumentar la productividad. “Las iniciativas con relación al emprendimiento, al comercio electrónico y la digitalización, la construcción de vivienda e infraestructura vial, portuaria y logística, así como las acciones para promover el crecimiento limpio, no solo cuentan con el apoyo del sector empresarial, sino que serán la base de la agenda de trabajo de cada actividad”.
La dirigente explicó que las empresas son el motor básico de operación de la sociedad que garantiza el sustento de los trabajadores y de sus hogares. “Desde el CGN hemos priorizado la salud pública como principio firme en esta coyuntura, y la seguridad integral de los trabajadores como un pilar esencial y por eso las empresas han implementado los protocolos de bioseguridad y apoyado las medidas adoptadas de aislamiento social. Ahora, el reto de todos es que sin descuidar la salud pública, pero sí con el objetivo de ganar vida productiva y construir país en la nueva normalidad debemos acelerar la generación de empleo y recuperar la economía”, expresó Forero al intervenir el miércoles en el acto de conmemoración del primer año de la firma de los Pactos por el Crecimiento y la Generación de Empleo.
También planteó que una fórmula rápida para la creación de nuevos puestos de trabajo en el corto plazo sería acelerar los proyectos de inversión pública y privada en sectores con alta capacidad de generar ocupación como la infraestructura de vías terciarias y de cuarta generación (4G), la construcción de vivienda e inmuebles no residenciales y la ejecución de proyectos minero-energéticos. Abogó por modernizar el régimen laboral como mecanismo para acelerar la contratación formal, pues a su juicio están cambiando los modelos productivos, comerciales y de servicios que soportan el empleo y la economía, por lo que el país debe adaptarse a esas condiciones y corregir las imperfecciones que desincentivan la contratación formal.
Desde el campo
Por su parte Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), resaltó algunos avances observados en los dos últimos años como la apuesta por la empresarización del campo en la que la que la política de agricultura por contrato se convirtió en una orientación adecuada para estimular a los productores, asegurándoles la comercialización de las cosechas.
La ofensiva comercial o diplomacia sanitaria para que los productos agrícolas colombianos se puedan exportar fue otro de los logros destacados por Bedoya en diálogo con EL COLOMBIANO, lo que ha posibilitado que productos agrícolas como el aguacate Hass llegará al mercado japonés, el banano a China y el limón Tahití a los Emiratos Árabes.
Como tareas para los próximos dos años, los productores agrarios esperan que la administración Duque se esfuerce por reducir la informalidad laboral en el campo que hoy llega al 86 %. “Para esto hemos propuesto que el régimen laboral del campo sea propio y acorde con sus condiciones de producción, de los ciclos de las cosechas y que ese régimen no sea igual al de las grandes ciudades. Para eso proponemos la creación del contrato agropecuario y del jornal diario integral rural lo que dignificaría a esos trabajadores y que puedan tener acceso a la salud y a la pensión”.
Lo que sería y no fue
Carlos Acero, presidente de la Confederación de Cooperativas de Colombia (Confecoop), señaló que mediante la Ley de Financiamiento (aprobada en 2018, declarada inexequible por la Corte Constitucional en 2019 y nuevamente aprobada a finales de ese año) el Gobierno apostó por el fortalecimiento de las finanzas públicas, así como por una mayor capacidad de recaudo tributario, mantener y mejorar la confianza inversionista y darle impulso al desarrollo empresarial.
“En 2019 la tasa de crecimiento económico (3,3 %) fue menor a la esperada, la cifra de desempleo observó deterioro y la inflación estuvo estable y a la baja, pero por choques en la demanda. Luego llegó la covid-19 y ante esto cualquier política o planeación es imposible de evaluar”, comentó Acero, quien confió en la puesta en marcha de un plan de choque para mitigar el efecto económico de la pandemia y la construcción de políticas que dinamicen los negocios.
4,1 %
es el crecimiento económico que proyecta el Banco de la República para 2021.
