Esta mañana el banquero Jaime Gilinski mostrará los resultados de una cruzada en la que se embarcó a finales de 2021, cuando lanzó la primera Oferta Pública de Adquisición (OPA) por acciones del Grupo Nutresa.
En su primer lance fue por un porcentaje mínimo del 50,1% de las acciones ordinarias de la empresa, con lo que avisó que su propósito era tomar el control de una de las compañías emblemáticas del llamado Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).
Es más, en esa primera oferta planteó que podía comprar hasta el 62,625% de las acciones pagando US$7,71 por cada especie, es decir que estaba dispuesto a desmbolsar unos US$2.211,3 millones por esa tajada de Nutresa.
No obstante, las aceptaciones llegaron al 27,69% impulsadas por la acogida que la oferta tuvo entre los fondos de pensiones y cesantías, que tenían en su portafolio de inversiones acciones de la centenaria empresa antioqueña.
Luego de eso, Gilinski lanzó dos ofertas más y según cifras de la Superintendencia Financiera alcanzó una participación del 31,41%, lo que lo convirtió en uno de los socios relevantes de la compañía de alimentos, instalándose al lado de los grupos Sura y Argos que por más de 40 años fueron los principales dueños del conglomerado conformado por marcas como Noel, Zenú, Colcafé, Pastas Doria y las chocolatinas Jet.
Las OPA por Nutresa no estuvieron solas y fueron parte de una estrategia más agresiva trazada por Gilinski, quien también ofertó por porciones accionarias significativas de Sura donde, en asocio con capital árabe, llegó al 40,54%, e incluso intentó comprar una parte del Grupo Argos y no tuvo éxito.
Jaime Gilinski, el hombre de las galletas
La cruzada cumple hoy un nuevo hito, pues el pasado martes los acuerdos firmados a mediados de 2023 entre Nutresa, Sura y Argos con la familia Gilinski e IHC, les permitieron a estos últimos sumar a su porcentaje en Nutresa otro 45,49%, y totalizar 76,9%.
Con tres cuartas partes de la firma en sus manos, Gilinski y los árabes impondrán condiciones en la asamblea extraordinaria de accionistas, programada para las ocho de esta mañana, en el Hotel Intercontinental de Medellín.
En el orden del día se contempla someter a consideración una reforma estatutaria y la elección de una nueva junta directiva. Será un hecho que ambas proposiciones se aprueben sin sobresaltos.
Entendiendo que una de las reformas estatutarias que se aprobará es reducir de 7 a 5 los miembros de junta, el fin de semana Gilinski a través de su firma JGDB Holding presentó la plancha para integrar el órgano directivo para el resto del periodo estatutario, esto es, desde este 12 de febrero hasta el 31 de marzo de 2024.
Los candidatos propuestos como miembros patrimoniales son Jaime Gilinski Bacal, Gabriel Gilinski Kardonski y Ricardo Díaz Romero, mientras que la nominación para miembros independientes recae sobre María Ximena Lombana Villalba y Christian Murrle Rojas. Vale anotar que Gabriel Gilinski y Christian Murrle son actualmente integrantes de esa junta. Así que con esta movida, la junta de Nutresa que por más de 40 años tuvo representación de las compañías del GEA, se quedará sin esas voces.
Aunque la plancha con los nombres fue presentada como una “propuesta de acuerdo”, la expectativa en la reunión de hoy está sobre la interpretación que los más de 9.000 pequeños accionistas que tienen el 23,1% de las acciones darán al texto, aunque claramente cualquier reclamo o inconformidad o voto negativo solo quedarán para el registro del acta, ya que Gilinski y los árabes harán la mayoría.
Otra de las ideas que llama la atención es la modificación al artículo 59 de los estatutos de Nutresa, que hace referencia a las funciones de la asamblea de accionistas, en el sentido de aprobar la política de sucesión de la junta directiva.
La idea es eliminar esta función “por tratarse de un asunto que se encuentra regulado, no solo a nivel de la ley mercantil, sino también a través de los estatutos y el Código de Buen Gobierno de Nutresa”, se lee en la propuesta.
El bajo perfil de los socios de Emiratos árabes
La sociedad de Gilinski con inversionistas árabes quedó sobre la mesa, con la publicación del cuadernillo para la primera OPA por Nutresa.
En el documento de 79 páginas se explicó que la firma o vehículo de inversión que lanzó la oferta, denominada Nugil, era propiedad de Nugil Overseas, una empresa panameña cuyos accionistas son Jaime Gilinski (50,01%) y Aflaj Investment LLC (49,99%).
De esta última se supo que es una sociedad de responsabilidad limitada, constituida en 2009 y con domicilio en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, la cual hace parte del grupo de empresas Royal Group; es decir de esa casa real que está bajo la tutela de su majestad Tahnoon Bin Zayed Al Nahyan.
Otra pista de esa presencia extranjera se dio en el apartado que hacía referencia a la garantía que debía ser depositada a favor de la Bolsa de Valores, como prueba de seriedad y de que la oferta no era un “cañazo”.
Ese respaldo se materializó en una carta de crédito expedida por First Abu Dhabi Bank por US$1.082 millones, pero el resultado final de la OPA no necesitó todo ese dinero.
La chequera árabe también salió a relucir cuando Gilinski ofertó por acciones de Sura y cuando intentó comprar entre el 26% y el 32,5% de Grupo Argos, ofreciendo US$4,28 por cada especie de la holding de infraestructura.
A su turno, IHC Capital Holding LLC que hoy figura con el 2,16% de las acciones de Nutresa, emergió en el cuadernillo de la OPA por Sura. En ese texto se explicó que había suscrito una carta de intención manifestado su intención de buena fe, de participar en un futuro como accionista no controlante, en el capital de JGDB Holding (sociedad de Jaime Gilinski).
Salvo esas menciones, la presencia de los súbditos emiratíes, por lo menos en las múltiples asambleas extraordinarias que ha solicitado realizar Gilinski como accionista de Sura y Nutresa, no se ha evidenciado. Sería una sorpresa que aparecieran hoy para asistir y presenciar la elección del banquero como miembro de la junta del grupo de alimentos paisa.
El futuro de la compañía, ¿se queda aquí?
Los cambios estatutarios y la llegada de Jaime Gilinski a la junta de Nutresa pone a más de uno a pensar sobre qué viene para una empresa que está considerada como uno de los jugadores más relevantes del sector de alimentos en América Latina, con ventas que sumaron $17,0 billones en 2022 a través de ocho unidades de negocio: cárnicos, galletas, chocolates, cafés, Tresmontes Lucchetti, alimentos al consumidor, helados y pastas.
Además, estamos hablado de un conglomerado de alrededor de 66 empresas, que está diversificado en términos de geografía, productos y abastecimiento; con presencia directa en 17 países y unas ventas internacionales cercanas a US$2.000 millones en 82 países.
Otra vez, el cuadernillo de la OPA publicado hace más de dos años contiene algunas iniciativas cuya vigencia puede ser hoy incierta. Para entonces se anotó que no había planes para disolver o liquidar a Nutresa, cosa que al mirar los números debe seguir en firme.
Igualmente, se apuntó que no habría cambios en la alta gerencia ni en la sede, es decir que seguiría afincada en Medellín.
Eso sí, se anticipó que de obtener Gilinski una participación relevante en la compañía, podría evaluar la conveniencia o posibilidad de hacer inversiones o desinversiones en algunas líneas de negocio, vender activos o realizar alianzas estratégicas para el desarrollo de otras actividades.
En este sentido hay que recordar que en octubre de 2021 Gilinski le pidió a la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) evaluar una posible integración entre Nugil y Nutresa, con lo que estaría pensando en una posible fusión del amplio portafolio de la compañía paisa con el de Productos Yupi y Compañía Internacional de Alimentos (Cinal), dueñas de las marcas Tosti, Rizadas, Yupis, Mekato y Copelia, entre otras.
Adicionalmente, se indicó que Gilinski no tenía una decisión sobre el eventual retiro de las acciones de la empresa de la bolsa de valores.
Sobre este punto algunos analistas expresan sus dudas, pues si bien el intercambio accionario ejecutado recientemente lo dejó con más del 75% de la propiedad, está pendiente la realización de una nueva OPA dirigida a los pequeños accionistas que no se beneficiaron de esa transacción.
La nueva oferta, ordenada por un ajuste normativo en el que ayudó hasta el presidente Gustavo Petro, posibilitará que esos 9.000 pequeños inversores en acciones de Nutresa las vendan a un precio de US$12 cada una.
A la tasa de cambio actual de $3.926,08 cada especie representaría $47.112, cifra mayor a los $46.000 que tuvo el pasado viernes esta acción en el mercado bursátil. En lo corrido de este año el título acumula una valorización de 2,2%.
Para el 24 de mayo del año anterior cuando se anunció el memorando de entendimiento firmado por Sura, Argos y Nutresa con Gilinski y compañía, la cotización del dólar era de $4.501,81, por lo que la oferta de US$12 significaba para ese momento $54.021. Ese día la acción cerró en la bolsa a $57.800.
Volviendo a la OPA que debe lanzarse por tardar a comienzos de marzo, para cumplir con las normas, esta abre la posibilidad de que Gilinski e IHC se queden con el restante 23,1% que está en manos del mercado.
En este proceso, los grupos Argos y Sura ofrecerán adquirir hasta el 10,1% de las acciones en circulación de Nutresa, para luego intercambiarlas por acciones de Sura que todavía tiene la familia Gilinski.
Por su parte, Graystone Holdings, JGDB y Nugil podrán adquirir el restante 13%, con lo quedarían con toda la propiedad de Nutresa a su favor. En ese contexto, un desliste de la especie de la bolsa es más que factible.
Aquí se abre otro interrogante y es qué decisión tomarán históricos accionistas de Nutresa con participaciones que no superan el 2,5%, entre ellos Micro Inversiones (2,38%), Libreville (1,2%), Fundación Fraternidad Medellín (0,99%), Finesterre (0,83%) y Palarepas (0,61%), es decir que son porciones cuyo valor podría estar entre los US$130,4 millones y los US$33,6 millones.
En la cancha de los antiguos aliados
Analistas de Davivienda Corredores estiman que la ruptura entre Nutresa con sus viejos socios, Sura y Argos, marca una nueva etapa, donde las desinversiones empezarían a jugar un papel relevante en la materialización del valor de Grupo Argos, por ejemplo.
“Incluso, no descartamos la posibilidad de que la estructura corporativa basada en los holdings de Grupo Sura y Grupo Argos deje de existir; y que en un futuro simplemente permanezcan las compañías líderes de cada negocio”, anotaron.
Otro aspecto sobre el que llaman la atención es que luego de salida de Argos de Nutresa se incrementó su posición en Sura, por lo que el negoció financiero estaría representado hoy el 38% del valor de Grupo Argos, y el 34% de las utilidades, lo que implica hacia adelante una elevada dependencia en sus cifras del desempeño de los negocios bancario, asegurador y pensional, lo que podría restarle atractivo a la acción, para aquellos inversionistas que estén buscando un vehículo para exponerse al sector de infraestructura puntualmente.
“Además, el negocio pensional ha perdido de forma importante su atractivo ante las continuas reformas que se proponen en la región y la disminución gradual de la tarifa de comisión de administración que se ha materializado en diferentes países”, indicaron los expertos.
De parte de Sura, se conoció el fin de semana la salida de Jaime Gilinski de la junta directiva, dado que hasta hace poco tuvo el 38,5% de las acciones, o sea un porcentaje relevante que le permitió tener tres asientos de los siete del órgano directivo.
También renunciaron a esa junta su hijo Gabriel y la exministra de Comercio María Ximena Lombana, que actuaban en representación del Grupo Gilinski.
Estas decisiones se conocen en el contexto en el que se busca el reemplazo de Gonzalo Pérez, presidente de Sura, quien a finales de agosto de 2023 anunció su retiro, tras cumplir 65 años de edad.
En ese momento, la junta aceptó la renuncia y le solicitó que permanezca en el cargo hasta el cierre de la operación anunciada al mercado el pasado 15 de junio (intercambio de acciones de Nutresa con los Gilinski), solicitud que él aceptó pidiendo en todo caso que su gestión no vaya más allá del 30 de abril.
“De acuerdo con los planes de sucesión establecidos para la alta gerencia de la compañía, la junta directiva continuará el proceso de evaluación de los candidatos a la presidencia e informará al mercado cuando se tome una decisión al respecto. En dicho proceso se tendrán en cuenta, entre otros asuntos, el perfil y las competencias de los candidatos requeridas para el cargo, con la finalidad de asegurarse de que el designado se ajuste a la cultura empresarial de Grupo Sura, y que sus cualidades le permitan continuar liderando el desarrollo sostenible de la sociedad”, anotó Sura.
Entendiendo que es competencia de la junta directiva elegir al presidente de la compañía, no es claro qué aportes pudieron ofrecer en las últimas semanas Jaime Gilinski, quien estuvo en el cargo menos de un mes.
Ahora, en el escenario en el que Grupo Argos y sus filiales Cementos Argos y su Fundación Grupo Argos son los principales accionistas de Sura se espera que recaiga sobre Jorge Mario Velásquez, presidente de Argos y miembro patrimonial de la junta de Sura, buena parte de la responsabilidad de elegir el sucesor de Gonzalo Pérez.