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Eliminar aranceles a hilos y telas: el dilema que divide al sector textil

La iniciativa tiene divididos a los Ministerios de Comercio y Agricultura, y a los principales actores de la industria textil. Hay millones de empleos en juego y el futuro de una cadena que une al campo con la manufactura.

  • Según la Cámara Colombiana de la Confección, Colombia solo produce el 5% de los hilos que demanda la industria, por lo que el 95% restante debe importarse. Foto: Camilo Suárez
    Según la Cámara Colombiana de la Confección, Colombia solo produce el 5% de los hilos que demanda la industria, por lo que el 95% restante debe importarse. Foto: Camilo Suárez
  • Desde la Confederación Colombiana del Algodón (Conalgodón) advirtieron que reducir los aranceles a los hilados podría desincentivar la siembra de algodón y contradecir los esfuerzos por reactivar el sector. Foto: Camilo Suárez
    Desde la Confederación Colombiana del Algodón (Conalgodón) advirtieron que reducir los aranceles a los hilados podría desincentivar la siembra de algodón y contradecir los esfuerzos por reactivar el sector. Foto: Camilo Suárez
21 de octubre de 2025
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La cadena textil–algodonera es una de las pocas que aún enlazan el trabajo del campo con la industria manufacturera. Sin embargo, la reciente propuesta de eliminar los aranceles a hilos, telas y cueros importados volvió a poner sobre la mesa un dilema estructural: cómo lograr que la industria gane competitividad sin debilitar la producción agrícola que le da soporte.

La iniciativa se concreta en un paquete de tres proyectos de decreto que buscarían fortalecer la competitividad del sistema moda. El primero contempla eliminar los aranceles para un grupo de 37 subpartidas de hilados que no cuentan con producción nacional; el segundo incluye telas y cueros que tampoco cuentan con oferta interna; y el tercero, que tendrá vigencia de un año, abarca 10 subpartidas —como hilados de algodón, filamentos sintéticos y fibras sintéticas o artificiales— cuya producción nacional es insuficiente y que se importan desde países sin acuerdos comerciales vigentes con Colombia.

En contexto: Petro ordenó eliminar aranceles a telas y cueros, y enciende debate entre actores del sector textil

Pero, más allá de los aspectos técnicos, detrás de esta discusión están los intereses de miles de empleos y el futuro de una cadena estratégica para el país.

El debate y la postura de los confeccionistas

Entre enero y julio de este año, Colombia importó cerca de 79.235 toneladas métricas de algodón, un aumento del 16,5% frente al mismo periodo de 2024, por un valor de US$300,67 millones.

En el caso de los hilos y tejidos de fibras textiles, las compras externas alcanzaron 154.955 toneladas métricas, lo que representa un incremento del 16,5% frente al año anterior. Por su parte, las importaciones de tejidos de punto y prendas de vestir sumaron 68.219 toneladas, con un aumento del 37,9%; mientras que las de cuero, sus productos y calzado llegaron a 37.159 toneladas, registrando un alza del 29,4%.

Según Guillermo Criado, presidente de la Cámara Colombiana de la Confección, Colombia solo produce el 5% de los hilos que demanda la industria, por lo que el 95% restante, que enfrenta un arancel del 10%, debe importarse.

Puede leer: “Colombia produce solo el 5% del hilo que necesita la industria”: confeccionistas explican por qué piden eliminar aranceles

El dirigente gremial indicó que “plataformas como Temu ingresan productos sin pagar aranceles ni impuestos, lo que no genera empleo ni valor agregado en Colombia”, mientras el contrabando se intensifica, afectando la competitividad de la industria formal.

Criado planteó que el Gobierno Nacional debe decidir si respalda a las 142.000 micro, pequeñas y medianas empresas que generan el 99% del empleo del sistema moda, o si continúa protegiendo —según dijo— “a dos grandes compañías que se oponen sistemáticamente a las reformas y no representan al sector”.

“El proceso de hilatura representa apenas el 1% del empleo de la cadena. No podemos poner en riesgo 2,5 millones de empleos por proteger un segmento marginal”, dijo y recordó que el cultivo de algodón, que en los años 70 alcanzaba 400.000 hectáreas, hoy no supera las 15.000, una muestra de la transformación estructural del sector y de la necesidad de una política industrial que responda a la realidad productiva del país.

En ese contexto, desde el gremio de la confección propusieron un enfoque de “gana-gana”, orientado a fortalecer el cultivo nacional de algodón, aprovechar los tratados de libre comercio y, al mismo tiempo, proteger el tejido empresarial que sostiene la cadena productiva del sistema moda colombiano.

La mirada de hilanderías y productores de algodón

Pero no todos los actores de la cadena textil apoyan estos decretos. Desde la Confederación Colombiana del Algodón (Conalgodón) advirtieron que reducir del 10% al 0% el arancel a los hilados podría desincentivar la siembra de algodón y contradecir los esfuerzos por reactivar el sector, al afectar el empleo y los ingresos de los agricultores en departamentos como Córdoba, Cesar, Sucre, Magdalena, La Guajira, Antioquia y Vichada.

Vea aquí: Gobierno Petro eliminaría arancel a fibra de algodón extranjera y pone en jaque a las tres hilanderías locales

“El algodón enfrenta la más crítica situación de los últimos 20 años, debido al anuncio de la expedición del decreto, lo que implicaría la desaparición del mercado interno de la fibra de algodón, estimado en 20.000 toneladas”, comentó César Pardo, presidente de Conalgodón.

Pardo estima que las pérdidas para la actividad agrícola serían de 10 centavos de dólar por libra de fibra de algodón, lo que equivale al 13% de los ingresos de los agricultores. A esto, dijo, se suman los efectos de la revaluación del peso, que en conjunto representarían una reducción cercana a una cuarta parte de sus ingresos totales.

Al respecto, Gustavo Lenis, presidente de Fabricato, señaló que “las hilanderías, que son pocas después de ser más de 20 (hoy quedan Fabricato, Hilanderías Universal y Colhilados), tenderán a desaparecer, porque si a mí como Fabricato me sale más barato un hilo trayéndolo de Oriente, ¿para qué lo voy a producir aquí?”

Añadió que “no puede ser que se quiera, como solución, quitar parte de la cadena textil, eliminar el cultivo del algodón y acabar con las hilanderías para ahorrarse el 0,6% que pesa el hilo de algodón en el costo de la prenda”.

Desde la Confederación Colombiana del Algodón (Conalgodón) advirtieron que reducir los aranceles a los hilados podría desincentivar la siembra de algodón y contradecir los esfuerzos por reactivar el sector. Foto: Camilo Suárez
Desde la Confederación Colombiana del Algodón (Conalgodón) advirtieron que reducir los aranceles a los hilados podría desincentivar la siembra de algodón y contradecir los esfuerzos por reactivar el sector. Foto: Camilo Suárez

La discusión entre los Ministerios de Comercio y Agricultura

Desde el Gobierno Nacional aún no hay consensos sobre el alcance de estas medidas ni sobre su impacto en la cadena textil–algodonera. Por un lado, el Ministerio de Comercio ha señalado que los tres decretos “no afectan la producción nacional”.

La ministra Diana Morales explicó que, en el caso del decreto que contempla reducir a cero 10 subpartidas con producción nacional insuficiente, se implementarán “medidas equilibradas para proteger la industria nacional”.

Agregó que, una vez la capacidad productiva local esté cubierta, la demanda restante se podrá suplir mediante importaciones a cero arancel, bajo esquemas de cupos o “aranceles inteligentes” que eviten la competencia desleal.

Sin embargo, la postura del Ministerio de Agricultura es distinta. Desde esa cartera se enfatizó en “la necesidad de preservar la capacidad productiva local en los eslabones de algodón e hilatura”, por su papel en la generación de empleo y la absorción de la fibra producida en el país.

Lea más: Importaciones de mercancía china a Colombia subieron al 50% en primer semestre de 2025

El Ministerio insistió en que la cadena algodonera contribuye al ordenamiento y la sostenibilidad del sistema productivo, mediante rotaciones con maíz, soya y arroz, y garantiza la disponibilidad de hilaza nacional, un insumo clave para cumplir las reglas de origen en mercados con acuerdos comerciales.

Esa preocupación también fue compartida por Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), quien indicó que la medida podría tener implicaciones en el comercio con Estados Unidos.

Le interesa: Textileras colombianas en crisis: Temu y aranceles reviven procesos de reorganización y liquidación

“Quedaríamos sin hilos de origen nacional y no podríamos cumplir con la norma de origen para exportar nuestras confecciones al mercado estadounidense”, señaló.

Así las cosas, el debate sigue abierto. Mientras la industria textil busca aliviar costos y ganar eficiencia para competir en un mercado global cada vez más exigente, el sector agrícola teme que se termine debilitando uno de los pocos encadenamientos productivos que aún conectan el campo colombiano con la manufactura nacional.

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