Para nadie es un secreto que este año comenzó totalmente distinto a lo que se proyectó en el segundo semestre de 2014. El efecto de la caída de los precios internacionales del petróleo, la devaluación del peso, un aumento de la inflación y recortes en inversiones por parte de algunas empresas, son algunos aspectos que tienen a las empresas ajustando sus proyecciones.
Lo mismo pasa con el país. El Banco de la República afiló el lápiz y sacó el borrador para ajustar su estimación de crecimiento tanto para el 2014, que pasó de 5 a 4,8 por ciento, como el presente año, el cual bajó de 4,3 a 3,6 por ciento.
Lo que llamó la atención de la primera reunión del año del Banco de la República el 30 de enero pasado, fue que uno de los siete miembros de la Junta Directiva consideró que el crecimiento de la economía podría ser inferior, puntualmente entre 3 y 3,5 por ciento, según se reveló en las minutas del encuentro.
Otro miembro de la Junta consideró necesario contemplar, con criterio anticíclico, escenarios de menores tasas de interés de intervención.
A pesar de estas señales, la Junta Directiva del Emisor decidió de manera unánime dejar inalterada la tasa de interés de intervención en 4,5 por ciento.
Entre los factores que destaca el equipo técnico del banco central que podrían afectar el crecimiento para este año está una caída en el ingreso nacional y una menor financiación externa, las cuales podrían generar una moderación del gasto, especialmente por un menor nivel de inversión privada.
