El Fondo Monetario Internacional planteó un nuevo panorama de proyecciones para América Latina y El Caribe, que profundiza el informe presentado hace un par de días en el que señaló que la caída global llegaría a 4,9 %, este año.
De Colombia, la nueva previsión muestra una contracción mayor en -5,4 puntos porcentuales frente a la perspectiva de abril, lo que implica que para el 2020 el decrecimiento el país estaría valorado en -7,8 %, mientras en total la región se contraería en 9,4 %.
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“Colombia tomó acciones tempranas para limitar la expansión del virus, pero con las disrupciones económicas asociadas a la pandemia (incluidos los bajos precios del petróleo) se prevé la generación de la mayor recesión en dos décadas”, aseguró el Fondo en un comunicado de prensa.
De los siete países que desagrega Colombia ostenta la segunda mejor posición después de Chile que tendría un decrecimiento de 7,5 %, mientras que se prevé que Argentina caerá -9,9 %, Brasil -9,1 % y México, -10,5 %.
Pese a este sombrío panorama también se prevé que el rebote sea del 4 % en 2021 “una vez la situación de salud se estabilice en casa y todas partes”.
En el panorama nacional el FMI divulgó que “el Banco de la República ha implementado políticas de recortes en las tasas de interés y ha soportado la liquidez del mercado mientras la regla fiscal fue suspendida por dos años para proveer una mayor flexibilidad para responder a las crisis de salud y económica.
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Las políticas públicas recomendadas siguen estando en crear una política fiscal “que continúe protegiendo la vida y su sustento (...) requerirá una repriorización del gasto e incrementar la eficiencia”.
Adicionalmente, el FMI remarca la importancia de crear y de pensar “creativamente” en políticas asociadas a atender diferentes segmentos de la sociedad “sobre todo donde la informalidad es alta”.
Dadas las condiciones actuales y el alto endeudamiento que ha requerido la atención de la pandemia, el FMI asegura que hay preocupación por la deuda alta que se ha adquirido en algunos territorios, y por esto “se requiere un compromiso en un plan de mediano plazo de consolidación fiscal y crecimiento apalancado en reformas estructurales como claves para mitigar estas preocupaciones”.
Y finalmente llama la atención sobre medidas que busquen mantener el empleo como “un soporte a la nómina y el financiamiento de capital de trabajo que serán importantes para evitar los cierres de negocios que de no ser por la crisis serían viables; reducir el desempleo de largo plazo, apoyar la recuperación y minimizar las afectaciones e incrementar el crecimiento económico”.
Todo lo anterior, sin descuidar la mirada preventiva de una segunda ola de la pandemia.