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Los antioqueños viven al fiado, y cumplen con sus deudas

En Antioquia, 95 por ciento de las tiendas venden a plazos. Cumplimiento con tributos supera 80 por ciento.

  • FOTO ARCHIVO (DONALDO ZULUAGA)
    FOTO ARCHIVO (DONALDO ZULUAGA)
10 de marzo de 2017
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En cada esquina de los 125 municipios de Antioquia hay un letrero que dice se fía. Aquí, en la tierra de arrieros, culebreros y comerciantes muchos tenderos aún entregan una libra de arroz y un litro de leche para que Conrrado, María o Pedro, cualquiera de los miembros de la vecindad, los paguen cuando tengan la forma de hacerlo.

Y hay fiados a todo nivel. Desde el que apunta en el cartón que cubría 10 paquetes de cigarrillos, hasta el que exige codeudor y propiedad raíz. En este departamento, plagado de montañas, ríos y gente que como apellido tiene la palabra ‘negocio’, las relaciones comerciales se han construido bajo la confianza que da el pagar puntual las deudas.

Las cifras aterrizan lo que es una cultura de comprar a crédito. Según Fenalco Antioquia, entre el 65 y 70 por ciento de las ventas totales del gran comercio paisa es a plazos. De las 20.000 tiendas afiliadas a ese gremio el 95 por ciento vende fiado.

Contrario a lo que muchos creen, los deudores pagan bien y oportunamente sus cuentas. De hecho, menos del 10 por ciento incumplen.

Fe de ello da Sergio Ignacio Soto, director de Fenalco Antioquia, quien asegura que el comercio local sigue con la tradición de vender a crédito y eso es consecuencia de las carteras sanas, como se les dice a los pagos a tiempo que reciben por los créditos.

“La gente de bajos recursos paga porque su mayor activo o el único que tiene es el buen nombre y, por ello, cumplen con la cuota a plazos de la mercancía comprada”, anota.

Paisas buenas paga

Se estima, de acuerdo con el análisis de Fenalco, que el 70 por ciento de los nacidos en Antioquia, y que viven en esta tierra, a pesar de vicisitudes económicas, cumple portunamente con sus créditos.

A esa mayoría de puntuales, tradicionalmente se les llama buenas paga, y en Medellín, capital antioqueña, ese cumplimiento se demuestra con el pago de tributos.

En esta ciudad con 2 millones y medio de habitantes, el 81 por ciento de los contribuyentes de predial e Industria y Comercio pagan a tiempo esos impuestos.

Esto es que 549.620 personas en Medellín, según su gobierno, pagan puntualmente los dos impuestos, considerados los que representan mayores ingresos a las arcas del Municipio.

En esta misma urbe 480.000 personas pagan oportunamente su impuesto predial y 120.000 tienen retrasos en esa cancelación. En Industria y Comercio la proporción es similar: 69.620 ciudadanos, empresarios, cumplen y 26.380 postergan esa obligación, pero en ambos casos los deudores cumplen.

Orlando Uribe, secretario de Hacienda de Medellín, considera que los niveles de cumplimiento de los medellinenses, superior al 80 por ciento, son altos con respecto al panorama consolidado del país.

“La media de buen pago en Colombia está entre el 45 y 50 por ciento, lo que indica que Medellín es una ciudad muy buena pagadora de sus tributos y eso hace parte de una cultura que obedece a que el antioqueño honra sus deudas y se ha acostumbrado a pagar lo que debe. Es una tradición”, enfatiza. Uribe.

Pago de servicios públicos

La morosidad en los servicios públicos no es un karma en Antioquia, no obstante la lejanía de algunos territorios donde se cobra y las quejas por las alzas en las tarifas.

Empresas Públicas de Medellín (EPM), prestadora del servicio de acueducto, alcantarillado, energía y gas reporta un cumplimiento del 97 por ciento en esos pagos.

Simónides Mauricio Vasco,jefe Unidad Crédito y Cartera de EPM, subraya que la empresa tiene en Antioquia 2 millones 320 mil usuarios con al menos uno de los servicios.

Agrega que, aproximadamente, 85.000 clientes presentaban algún problema de morosidad (una cuenta vencida o diferentes niveles de mora) y con todos tienen estrategias para ponerse al día.

“Nuestros usuarios paganmuy bien. Nos sentimos muy satisfechos por la forma como se comportan, y esto se debe a factores como que los clientes nos responden con satisfacción por el producto de calidad que entregamos”, explica.

Pero no es únicamente cuestión de gratitud. Vasco también destaca que la gente tiene el pago de servicios públicos como prioridad, no en vano solo cuatro de cada 100 personas incumplen.

“Antioquia es diversa y puede que en algunas regiones se presenten más dificultades que en otras, pues el problema de la morosidad tiene que ver con los ingresos”, apunta.

La versión de Vasco sorprende más, si se quiere, cuando en EPM las quejas por incrementos son pan de cada día.

En mayo de 2016, por ejemplo, 400.000 hogares tuvieron incremento en el valor de energía como consecuencia del incumplimiento de la meta de ahorro establecida por el Gobierno. 1 millón 400.000 usuarios, cumplieron.

Esto implicó que, entre marzo y mayo del año pasado los reclamos a la central de atención al cliente del EPM subieran en un 20 por ciento.

Impuesto vehicular, ¿al día?

La mayor fuente de recursos tributarios de Antioquia se basa en el impuesto vehicular. Para que se pague oportunamente, y pueda jalonar obras públicas y programas en Antioquia, las autoridades departamentales buscan alternativas y facilidades.

Según la secretaria de Hacienda, Adriana María Hernández, la idea para este 2017 es hacer el recaudo correspondiente al 75 % de vehículos que ruedan en Antioquia y deben pagar el tributo al Departamento.

“La meta es que quede, no solo con el pago actual sino con vigencias anteriores, si mucho una cartera del 25 %”, explicó Hernández.

Los vehículos registrados en los sistemas de información del Tránsito de Antioquia como generadores de impuesto ascienden a 943.825. La cartera, vencida de periodos anteriores al año 2014, suma 554.000 millones de pesos.

La palabra, contrato sólido

Más que una firma en un papel,los campesinos antioqueños hacían valer la palabra como el contrato más indeleble. Era como una cuestión de honor.

Gregorio Henríquez, antropólogo y docente universitario, considera que ese legado de cumplimiento sigue vigente en la mayoría de los nacidos en Antioquia que aún conservan su carácter de negociante.

“Esto hay que buscarlo en las raíces comerciales del antioqueño. Todos los elementos que confluyen en una persona buena para los negocios y que sabe el valor del comercio, genera el ser buena paga”, apunta.

Comprender el valor del pagar y tener la capacidad de responderle al otro, es innato del antioqueño, afirma Henríquez, que relaciona esa actitud con una estrategia para ganar más dinero.

“El que es buen comerciante, así sea pequeño o mediano o el que compra artículos, sabe que al pagar tiene las puertas abiertas. Todo se fundamenta en un principio de correspondencia de una cultura campesina. El campesino sabe que correspondiéndole a la persona que le ha dado confianza, va a poder seguir haciendo negocios con el otro”, asevera.

Incluso—continúa el académico Henríquez—hoy muchas de las transacciones se hacen de palabra “y eso permite construir procesos comerciales duraderos”.

“Esa cultura del fiado está desde la tienda más pequeña hasta los grandes almacenes, en todos los formatos, y eso ha permitido sacar lo mejor de nuestro comercio. Es un reflejo de nuestra sociedad”. acota.

Pero no todas las veces la palabra alcanza para cumplir con las deudas. A Marina Ramírez una obligación con Industria y Comercio de Medellín casi le cuesta su casa.

“Era un negocio que tuvo hace más de 10 años, pero no se pagó el impuesto de varios periodos. El monto de la deuda sumaba los 13 millones de pesos”, relata.

Tras un proceso de embargo, Ramírez logró una de las amnistías con el Municipio de Medellín y le fue condonado el 70 por ciento de valor de los intereses.

“Con préstamos personales pagué cerca de 4 millones de pesos y salvé mi casa”, sentencia la mujer.

El secretario Uribe, acepta que mucha de la cartera vencida que tiene el Municipio es de personas que tienen problemas económicos.

“No es que la gente no quiera pagar, sino porque en algún momento se le dificulta hacerlo. Nosotros tenemos alternativas para que las personas concilien. Hay facilidades que van hasta los 5 años para que se pongan al día”, destaca.

Con acuerdos y facilidades se busca mantener la cultura del antioqueño buena paga. También evitar la informalidad prestamista y fomentar la costumbre del fiado, hoy créditos, legales y vigilados por las autoridades, de esos que entregan, incluso, con la cédula. Pero queda la pregunta, ¿hay con qué pagarlos?

3,2 billones
billones de pesos es la cartera total del Municipio, incluye la que no es vencida.
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