El proyecto precisa que, con corte al 24 de febrero de este año, el cupo de deuda disponible era de 3.667 millones de dólares. Y aclara que el endeudamiento que obtuvo el gobierno durante la pandemia no fue incluido en el cupo de deuda, por lo que su pago y amortizaciones no liberan cupo, así que el Gobierno está gastando mucho en pagar deuda sin poder pedir más.
Durante la emergencia económica de la pandemia, el Gobierno de Iván Duque acudió a préstamos por 6.560 millones de dólares.
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Es de tener en cuenta que dicho cupo de deuda es rotativo, es decir, al pagar capital se puede volver a pedir prestado.
Así que este proyecto le resuelve un gran problema de financiamiento al gobierno, pues le permite asegurar gran parte del presupuesto de inversión sin caer en default, por lo menos hasta agosto de 2026, cuando termina este gobierno.
”Es vital para el gobierno nacional contar con un cupo de endeudamiento prudente y suficiente, con la finalidad de disminuir el riesgo de refinanciación frente a posibles cierres del mercado y/o que continúe el incremento de las tasas de interés a nivel internacional, así mismo, para impulsar los proyectos al sector productivo y demás propósitos establecidos en el Plan Nacional de Desarrollo”, se lee en el documento.
Todos los expertos consultados por este diario coinciden en la necesidad de aumentar el cupo de deuda, no como un favor al gobierno, sino algo normal que exige el crecimiento mismo de la Nación, y que ha sido recurrente en todos los gobiernos anteriores.
Sin embargo, lo que llama la atención es el llamado de auxilio que envía el Gobierno, que ha sido insistente en que si no se aprueba el nuevo cupo de deuda caerá en default. Palabras mayores, pues la credibilidad del país está dada en el juicio del pago de sus deudas.
“Sin la Ley de Endeudamiento, el país estaría abocado a no poder contar con ingresos provenientes del crédito externo que son necesarios para seguir cumpliendo a cabalidad el servicio de la deuda externa. Esta ley es crucial para el funcionamiento del Estado, estaríamos prácticamente ante la imposibilidad de acceder al crédito externo”, aseguró José Roberto Acosta, director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda.
Y esa presión juega en contra de la economía nacional. Cuando el presidente hizo la primera advertencia sobre la posibilidad de impago el dólar se disparó unos $200 en un par de días, y ahora que Acosta hace ese comentario, el dólar next day (por festivo en Estados Unidos) se movió $58,79 siendo un mercado menor.
Hasta el nuevo contralor general, Carlos Hernán Rodríguez, tiene la lupa puesta en este asunto: “Si se va a ampliar debe ser para el servicio de pago de deuda, no puede ser para otras circunstancias”, declaró.
Según Rodríguez, “el ministerio de Hacienda y el Gobierno deberán entregar al todos los soportes que formen parte de la aprobación del proyecto y de la destinación específica de la ampliación de ese cupo de endeudamiento”.
La plenaria del Senado está citada para debatir este proyecto mañana, 20 de junio, justo cuando termina la legislatura.