Desde el pasado 15 de julio Coltejer anunció la suspensión de las operaciones asociadas a la producción de la línea de “no tejidos” debido a la afectación ocasionada por el contrabando, la pandemia y los recientes paros.
Para ese momento, fuentes de la compañía consultadas por EL COLOMBIANO comentaron que se estaba analizando la situación para definir en qué momento se reactivaría esa línea de producción, que era la única que estaba operando, y ocupando a unas 60 personas.
Actualmente, esas operaciones siguen suspendidas, mientras la textilera avanza en los análisis y estudios para decidir qué va a pasar con la producción de los llamados “no tejidos” (formados por fibras que se unen por procedimientos mecánicos, térmicos o químicos), que se emplean en procesos industriales asociados a la elaboración de los filtros de los tapabocas o los pañitos húmedos.
Sobre la suerte de unos 60 trabajadores que en principio fueron enviados a casa bajo la figura de vacaciones colectivas, la empresa aseguró que actualmente ellos están activos, pero sin precisar qué funciones están cumpliendo.
De otro lado, en el reporte de resultados con corte a junio de este año y presentado a la Superintendencia Financiera el pasado sábado, la empresa admitió que con base en su posición de liquidez y “la incapacidad de cumplir con los compromisos adquiridos con proveedores y empleados, la administración de la compañía determinó suspender temporalmente las operaciones del negocio de no tejidos, lo que implica una disminución mensual del 49 % de los ingresos actuales y un incremento mensual de su pérdida neta”.
Inquietudes
En la actual coyuntura de la textilera, cuyo principal accionista es el grupo mexicano Kaltex (60,3 %), la mayor incertidumbre es de los 388 trabajadores quienes desconocen cuándo volverá a funcionar.
“La planta está paralizada, no produce. Parte de los trabajadores está en vacaciones y los que están en la fábrica se dedican a actividades preventivas y de mantenimiento de máquinas”, declaró Rigoberto Sánchez Guzmán, presidente de la subdirectiva de Sintracontexa Itagüí-Rionegro.
El dirigente sindical precisó que la planta de no tejidos ya fue trasladada en un alto porcentaje de Itagüí a Rionegro y solo se espera la orden para retomar la operación. “Es muy triste ver una empresa en la que no se ve la intención de volver a reiniciar los procesos que en el pasado la caracterizaron, como la producción de índigos o driles, por el momento no se está produciendo un metro de tela, y la idea es seguir adelante con la planta de no tejidos”.
En cuanto a salarios, para los que están laborando, las cuentas están al día. “Lo que sí nos adeudan es la prima de mitad de año. Además, hay 121 trabajadores con contrato suspendido, quienes desde el primero de enero de este año no ha recibido pago y solo se les reconoce la seguridad social”, añadió Sánchez.
También comentó que muchos trabajadores se han ido por voluntad propia, pues el hecho de que la empresa les pague la seguridad social es un impedimento para que los vinculen en otras compañías, y algunos esperan ser indemnizados.
Desde la óptica de Juber Ernesto Carrión, revisor fiscal de PwC Contadores y Auditores, la decisión de Coltejer de suspender sus actividades “genera dudas sobre la capacidad de la compañía de continuar como negocio en marcha en vista que no se encuentra desarrollando su objeto social”.
En el reporte enviado a la junta directiva de la empresa el 30 de julio, el revisor reconoce que su conclusión no es calificada con respecto a esa circunstancia y destaca que el asunto es siendo evaluado constantemente por la administración de la compañía a fin de asegurar su continuidad como empresa en marcha.
Buscando opciones
Adicionalmente, Coltejer indicó que parte las medidas para continuar desarrollando el objeto social de la compañía son buscar recursos de liquidez para la realización e implementación de los estudios técnicos y de mercado, a través, de la venta de activos fijos, inventarios y arrendamiento de inmuebles, y la implementación de procesos de formación al personal relacionado con las nuevas exigencias técnicas y de mercado.
A lo anterior se suma la elaboración de los análisis de la estructura administrativa requerida, así como la definición de perfiles de cargos y el análisis de la infraestructura y los productos que requiere el mercado y el análisis de las materias primas requeridas e insumos, para evitar desabastecimiento.
En el aspecto administrativo, vale anotar que desde el 31 de julio de 2020 la textilera no tiene director en propiedad, pues en esa fecha se retiró Andrés Berdugo Gómez, quien ejercía el cargo sin que hasta la fecha se haya nombrado su reemplazo (ver ¿Qué sigue?).
Balance
A junio de este año, la compañía reportó una disminución en sus ingresos de un 77,89 %, al contabilizar 11.001 millones de pesos frente a 49.769 millones entre enero y junio de 2020. Mientras la cuenta de pérdidas fue de 40.103 millones de pesos (ver gráfico).
El desempeño negativo de la empresa entre enero y junio contrasta con la dinámica del sector de hilatura, tejeduría y acabado de textiles cuya producción semestral, según el Dane, creció 48,4 % mientras las ventas observaron una variación del 43,7 %.
Para Camilo Rodríguez, presidente de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines, las noticias de compañías como Coltejer son alarmantes, lo que sumado a los reportes del Dane que dan cuenta de la pérdida de empleo muestran que el sector está golpeado y, prácticamente, “en cuidados intensivos”
60,3%
participación accionaria del Grupo Kaltex, de México, en la textilera Coltejer.
$1.105
precio de la acción de Coltejer en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC).