Los cheques que en alguna época fueron una forma eficiente y segura de mover el dinero han sido relegados por maneras innovadoras, rápidas e inteligentes que con el paso de los días se vuelven más precisas y versátiles.
A juicio del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, más temprano que tarde estos papeles junto a los billetes y monedas serán piezas de museo, y las visitas a las sedes físicas de las entidades bancarias serán cosas del pasado.
Y es que durante su intervención en el evento La banca del futuro: 100 años después, organizado por las universidades del Rosario, de los Andes, Externado y Javeriana, el funcionario anunció que el país ya trabaja en el desarrollo de una moneda digital, es decir un peso digital o e-peso.
“Debemos llegar a un proceso de inclusión financiera, que signifique que todos los ciudadanos tengan acceso al manejo de distintos tipos de operaciones financieras, no solo al uso del dinero en efectivo, sino a distintas formas de transacciones, y que estas sean más ágiles, al punto en el que se pueda comprar en el puesto ambulante de la esquina con un medio virtual”, expresó Bonilla.
Igualmente, enfatizó en que “vayámonos olvidando del dinero en efectivo. Esto significa que el futuro está por construir. Hoy la banca es un teléfono y ahí se hacen todas las operaciones. Pero, a esa banca y a ese teléfono todavía les falta y se deben seguir desarrollando cosas”, agregó.
Los puntales
Parte de esa tarea pasa por desarrollar una moneda digital. “Hoy, en el mundo, se habla de las criptomonedas que no dan el mejor mensaje sobre transacciones claras y transparentes, lo que significa que respecto a la potencialidad de esa futura moneda digital hay que empezarla a construir”, comentó el ministro.
Tal construcción ya empezó y está a cargo de una mesa de trabajo en la que participan el Banco de la República, la Superintendencia Financiera (Superfinanciera), el Ministerio de Hacienda y el Congreso, en la que se prepara un proyecto de ley para reglamentar las criptomonedas.
“La función como emisor primario del Banco de la República no se puede perder y cualquier moneda digital debe tener como base a ese emisor primario. El proyecto apunta así a que el Banco de la República tenga el control sobre cualquier cosa que suceda respecto a criptomonedas y a la potencialidad de emitir una moneda digital”, mencionó Bonilla, aunque sin dar pistas de cómo se denominaría o en cuánto tiempo estaría lista la CBDC (por sus sigla en inglés (Central Bank Digital Currency).
Un aspecto clave de la iniciativa normativa es que dejará en claro que la Superfinanciera tenga la función de vigilar este mercado de la moneda digital, entendiendo que ese desarrollo será un nuevo activo financiero.
“Tendremos moneda digital, pero el emisor primario será el banco central (Banco de la República). Tendremos una regulación sobre los activos financieros en la cual las criptomonedas serán activos financieros, y las nuevas generaciones tendrán la responsabilidad de desarrollar esas nuevas formas y nos encontraremos en un mundo en el cual las monedas serán piezas de museo”, agregó Bonilla, quien tampoco dio pistas sobre cuándo ese proyecto de ley pasará a debate en el Congreso.
Contraste
Los anuncios del ministro no encajan del todo con las consideraciones que en agosto un grupo de investigadores planteó en el documento Borradores de Economía del Banco de la República (N° 1247), en el que se analizaron los potenciales efectos macroeconómicos de la emisión de dinero digital por parte del banco central para el uso general de la población y los negocios.
La conclusión del texto de 44 páginas es contundente, pues señala que en el hipotético caso de que se emitiera dinero digital en Colombia se esperarían efectos exiguos sobre la economía y los mercados financieros.
Los firmantes de la investigación (Constanza Martínez, Julián Parra, Tatiana Mora y Angélica Lizarazo) sugirieron que esa eventual emisión debería hacerse bajo un diseño de colaboración conjunta entre el sector público (Banco de la República) y el privado (bancos comerciales), de forma no remunerada y con posibles límites de tenencia o gasto para enfrentar la potencial disyuntiva de privacidad versus seguridad.
A su turno, un informe reciente del Fondo Monetario Internacional sostiene que si las monedas digitales se diseñan adecuadamente, tendrían la oportunidad de lograr la aceptación de los pagos digitales por parte de las personas financieramente excluidas.
“La CBDC tiene aspectos especiales que pueden beneficiar la inclusión financiera, como ser una forma de dinero digital libre de riesgos y ampliamente aceptable, disponibilidad para pagos fuera de línea y costos potencialmente más bajos y mayor accesibilidad”, concluyó el FMI.