Si usted es uno de los 13,55 millones de afiliados en cualquiera de los cuatro administradores privados fondos de pensiones y de cesantías (AFP), si es beneficiario de algún tipo de subsidio del Gobierno, o si es parte de algún programa de ayuda estatal, también tiene razones para celebrar que Cementos Argos haya comprado por 660 millones de dólares una planta en West Virginia, Estados Unidos.
¿Y por qué? Pues esa adquisición significará un incremento en la capacidad de producción y de vender cemento por parte de la filial de Grupo Argos, lo que, al final del día, se traducirá en aumento de sus ganancias.
Con más utilidades, pues Cementos Argos distribuirá mayores dividendos en sus próximas asambleas de accionistas, donde tienen silla los fondos de pensiones, que son dueños del 15,9 % de acciones ordinarias y del 57,2 % de las preferenciales, al último corte de 30 de junio pasado.
Pero además, la cementera es filial de Grupo Argos y recibe dividendos que, a su vez, también en parte se redistribuyen entre fondos de pensiones: al cierre de 2015 tenían un 13 % de acciones ordinarias y 65 % de las extraordinarias.
Estas AFP que invierten los ahorros de los colombianos para su jubilación y tiempos de desempleo, podrán dar mejores rendimientos a sus afiliados, en la medida que Cementos Argos distribuya más ganancias, acordes a unos mejores resultados financieros.