La acción de Boeing, el fabricante estadounidense de aviones, siguió con la tendencia bajista, pues en la apertura del mercado el título se cotizaba en US$224 y marca una caída superior a 2% con respecto al cierre de ayer.
Hay que mencionar que este lunes la acción ya había bajado 8%, un desempeño observado luego del incidente con el modelo 737 Max 9, cuando el pasado viernes 5 de enero un panel de la puerta se desprendió y obligó a ejecutar un aterrizaje de emergencia del vuelo 1282, con 171 pasajeros a bordo.
Aunque no hubo víctimas mortales ni lesionados, la reputación de Boeing nuevamente quedó en entredicho, toda vez que la compañía ya había sufrido cuando los aviones 737 Max fueron protagonistas de los recordados accidentes de 2018 y 2019 (Indonesia y Etiopía); dejando a 346 fallecidos.
Después de ese suceso, esa línea tuvo que estar año y medio en tierra, mientras que avanzaban las investigaciones y los ajustes correspondientes, pero parece que el fantasma de la inseguridad vuelve aparecerse y lo peor, en un momento en el que las finanzas de la empresa no pasan por su mejor momento.
Según una columna de Chris Bryant para Bloomberg, la compañía estadounidense tiene casi US$17.000 millones en activos negativos y US$39.000 millones de endeudamiento neto; unas cuentas rojas que en gran parte son consecuencia de la mala jugada con el 737 Max y que fueron agudizadas con la crisis de la pandemia en 2020.
De hecho, hay quienes piensan que este nuevo golpe a la reputación favorecerá a Airbus, el fabricante europeo que es competidor directo de Boeing y que, pese a que ha estado envuelto en polémicas por supuestos subsidios gubernamentales, la seguridad de sus modelos no ha estado en el ojo del huracán.
La pelea por este segmento del mercado es duopólica porque básicamente no hay ninguna otra compañía que se les pueda acercar a estos dos en cuanto a capacidad industrial y tecnología. Sin embargo, como se mencionó, parece que todo está dado para que Airbus pueda mirar a su competencia desde el retrovisor.
Mientras tanto, el problema se le está creciendo a Boeing porque Alaska y United Airlines encontraron pernos sueltos en los 737 Max 9 después de realizar la inspección de seguridad ordenada por la Administración Federal de Aviación.
Jennifer Homendy, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB por sus siglas en inglés), no descartó ampliar la investigación para otros modelos del 737 Max y eso implica malas noticias para el fabricante, puesto que un escrutinio más profundo retrasaría todavía más la operación.
Los investigadores de la NTSB determinaron que el panel de la puerta del vuelo 1282 se movió hacia arriba antes de eyectarse y provocar la descompresión del avión y detallaron que las guías de rodillos que normalmente permiten que el panel con bisagras gire hacia afuera se fracturaron.
Se sabe que el director de ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, tiene programada una reunión este martes para centrarse en la seguridad mientras las investigaciones de la NTSB siguen adelante.