Cuando la lectura comenzó en el año 1958, en la atmósfera terrestre la concentración de dióxido de carbono (CO2) era de 315 partes por millón.
En abril, por primera vez en la historia de la humanidad, el promedio fue de 410 ppm. Y lo que parece para el común de las personas un dato más, es relevante.
Indica que el efecto invernadero aumenta y con él el calentamiento del planeta y los efectos del cambio climático.
El CO2 ayuda a atrapar la radiación solar que llega del Sol, evitando que salga, reteniéndola en la atmósfera.
El reporte provino del laboratorio de Mauna Loa, Hawai, que se encarga de esa medición. Un nivel antes no alcanzado que se da tan solo 5 años después de haber superado el umbral psicológico de las 400 partes por millón.
¿Qué significa? Además de los efectos, sugiere que pese a acuerdos, negociaciones y compromisos, cada vez se siguen emitiendo más y más gases de invernadero.
Los instrumentos en la cima del monte, a 3350 metros, marcaron un promedio de 410,3 ppm, 30 % más desde que el científico de la Institución Oceanográfica Scripps, Charles David Keeling, comenzó mediciones. Este centro es el que opera el laboratorio y su hijo Ralph está a cargo.
“Seguimos quemando combustibles fósiles. El dióxido de carbono sigue acumulándose en el aire. Es tan simple como eso”, dijo Ralph en una declaración oficial.
Desde antes de la Revolución Industrial, que comenzó hacia 1750, los niveles de CO2 habían oscilado, pero nunca en los últimos 800.000 años había pasado de las 300 ppm.
Cuando era incipiente esa revolución, hacia 1880, el nivel era de 280 ppm. Ha aumentado 46 %.
Por eso la temperatura del planeta ha subido 0,99° C desde 1970, de acuerdo con los datos de la agencia espacial norteamericana, Nasa.
Esto incide en que el aumento promedio del nivel del mar sea de al menos 3,2 milímetros por año (no es uniforme en todas las regiones costeras) y a que las regiones glaciares estén perdiendo 413 gigatoneladas de hielo al año.