Hace más de un año Medellín fue testigo de una historia de terror. Cerca de 55 mujeres fueron víctimas del centro estético Arte en tu Cuerpo, una clínica que les prometió cumplir sus sueños con procedimientos estéticos que aseguraban estar a la altura de sus expectativas.
Sin embargo, el cuento acabó en pesadilla. Casi medio centenar de mujeres terminaron infectadas por una bacteria que de manera acelerada empezó a destrozar sus cuerpos, algunas tenían deformidades físicas y otras sufrieron limitaciones funcionales permanentes.
Después de varios estudios, se determinó que las mujeres tenían una microbacteria no tuberculosa conocida como Mycobacterium chelonae, la cual necesitaba ser combatida con un tratamiento agresivo de antibióticos hasta por seis meses.
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“Por la cantidad de los medicamentos y por lo fuertes que son, alteran muchísimo el cuerpo. Los gastos para poder tratarme de otros problemas de salud derivados han sido altísimos. Han sido meses de una consulta tras otra con ginecólogas, de pérdida de cabello, de incontables cicatrices, de sufrimiento de la familia, de recaídas –porque la bacteria persiste–, de daño psicológico y un difícil proceso para intentar sanar también mentalmente”, relató en su momento, una de las mujeres afectadas.
Una ardua investigación reveló que las responsables del centro estético, serían dos mujeres: Yarleny Mosquera Aguirre y Elizabeth Rojas Tobón, quienes fueron señaladas como las articuladoras principales de esta clínica clandestina, que además, según las autoridades no cumplía con las medidas de higiene y salubridad, y tenía quirófanos improvisados que funcionaban en diferentes inmuebles de Medellín.
En agosto, la Fiscalía había logrado capturar a otras personas implicadas en este centro estético ilegal: Michel Chaverra Jaramillo, María Paola y Jackeline Bedoya, entre las tres, según testimonio de las mujeres denunciantes, se rotaban diversas funciones, como asistir a Yarleny haciendo las veces de auxiliares de quirófano, administrando medicamentos, anestesia local y masajes postquirúrgicos.
A pesar de este avance, aún faltaba que cayeran las cabezas principales de esta red. Lo último que se había conocido era que Yarleny Mosquera estaba prófuga. Después de varios meses y una batalla legal que parecía no tener fin, hubo justicia.
La Fiscalía emitió orden de captura contra Mosquera Aguirre y Rojas Tobón. Las autoridades comprobaron que las víctimas eran atraídas por publicaciones realizadas en redes sociales, en las que se ofrecía a bajo costo un tratamiento denominado ‘lipólisis láser con transferencia glútea’.
Mosquera Aguirre, quien era la encargada de realizar las cirugías estéticas, se presentaba como médica sin tener título, conocimientos o certificaciones en el área de la salud. Entre tanto, Rojas Tobón fue señalada de asumir todos los asuntos comerciales, captar clientes y recibir los pagos por los tratamientos en su cuenta bancaria.
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Con las pruebas en su contra, una fiscal les imputó los delitos de concierto para delinquir, estafa agravada en modalidad masa y lesiones personales dolosas. Rojas Tobón se allanó a los cargos; mientras que Mosquera Aguirre aceptó los delitos de estafa agravada en modalidad masa y lesiones personales dolosas.
Finalmente, la pesadilla tuvo final, las dos mujeres deberán cumplir medida de aseguramiento en centro carcelario. Si bien las víctimas no recuperaron el bienestar físico y emocional que les fue arrebatado, si podrán descansar sabiendo que las responsables no le harán más daño a otras mujeres.