Con 19 votos positivos y solo uno negativo, el pasado 25 de febrero el Concejo de Medellín aprobó un proyecto de acuerdo “por medio del cual se crean las Jornadas de Historia Patria e Instituciones Republicanas y se dictan otras disposiciones”.
El proyecto ha generado debate sobre su pertinencia, preguntas acerca de qué es lo que se va a enseñar y también críticas de quienes consideran que sería utilizado como un instrumento de propaganda histórica y política a favor de los gobernantes de turno.
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El proyecto fue impulsado por el concejal del Centro Democrático Luis Guillermo Vélez y secundado por Andrés Tobón, líder de la bancada de Creemos, quienes defienden que se pretende llenar un vacío de conocimiento que hay en las instituciones educativas de la ciudad desde hace 40 años. El único voto negativo fue el del concejal José Luis Marín, del Pacto Histórico, quien lo califica como “una estrategia de adoctrinamiento disfrazada de buenas intenciones”.
Así quedó el acuerdo
El proyecto de acuerdo está fundamentado en un vacío académico y de conocimiento que ajusta ya 40 años no solo en Medellín sino en todo el país después de que en el gobierno de Belisario Betancur (1984) la Historia dejó de ser una asignatura independiente y se integró a las Ciencias Sociales.
“Las Jornadas buscarán fomentar el estudio, conocimiento y la investigación de la Historia de Colombia y de sus Instituciones Republicanas, sus grandes períodos históricos, los hechos y acontecimiento fundamentales y los personajes destacados que en los diversos ámbitos han contribuido el desarrollo de la Nación, el Departamento y el Distrito”, se lee en el proyecto de acuerdo aprobado por los corporados.
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Se realizarán mínimo tres jornadas al año, asociadas cada una de ellas a algún aniversario histórico: la fundación de El Poblado de San Lorenzo el 2 de marzo, la erección de la Villa de la Candelaria el 2 de noviembre y la designación de Medellín como capital de Antioquia el 18 de abril. Sin embargo, en el acuerdo quedó establecido que serán las secretarías de Educación y Cultura del Distrito, en alianza con las instituciones educativas y las universidades que tengan departamentos de historia, así como con la Academia Antioqueña de Historia, las que definirán los temas que se dictarán y los materiales pedagógicos que se usarán.
Para el ponente del proyecto de acuerdo, Luis Guillermo Vélez, el objetivo será “derribar mitos históricos que se van formando en la mente de las personas, como que en Colombia no hay democracia o que ha sido gobernada por la misma oligarquía hace 200 años. Lo que vamos a revisar es dónde están los hechos históricos y dónde están los mitos”. Esa opinión de Vélez quedó plasmada en la exposición de motivos del proyecto de acuerdo, donde se lee: “Los mitos históricos o leyendas negras desempeñan un papel más importante que los mismos hechos históricos que son desfigurados, ocultados y sustituidos por esos mitos”. Pero, ¿quién marca la diferencia entre “mito” y “realidad”? ¿La tradición escrita es la única que vale? ¿La tradición oral de los indígenas y los afros son menos válidas que la de los blanco europeos? Allí es donde surgen algunas críticas y preocupaciones.
Cuestionamientos
Para Margarita Restrepo, directora de la facultad de Historia de la UPB, es una buena noticia que en la ciudad se refuerce la enseñanza de esta disciplina pues coincide, como casi todos, en que hay un vacío actual en la educación básica y secundaria. Sin embargo, considera que la ruta debe estar marcada por las recomendaciones que realizó una comisión asesora para la enseñanza de la Historia en la educación básica y secundaria en 2022, en donde participaron las principales autoridades de la Historia del país. Un documento que no aparece por ninguna parte en el proyecto de acuerdo.
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Restrepo explica que la asignatura debe ser impartida bajo cinco enfoques: voces de la población indígena, de la población afrocolombiana, de las mujeres, un enfoque regional y, finalmente, el binomio de historia y memoria. Una visión que parece diferente, casi opuesta, a la de los concejales promotores de la propuesta.
Además, Restrepo dice no ser “partidaria de que se hable de una historia patria”, porque precisamente los esfuerzos de la academia en los últimos años han estado enfocados en una visión más amplia de la historia que no se quede en los “héroes de bronce” ni en las hazañas militares, sino que incluya “a las personas que durante años han estado marginadas de las narrativas y que muy tarde vinieron a tener voz”.
En ese mismo sentido opina el historiador e investigador Felipe Arias Escobar. Para él la historia patria es “un concepto anticuado que limita la historia al enaltecimiento de las élites y a una visión excluyente de la sociedad y acrítica de las instituciones”. En su concepto esa visión además es lejana a lo establecido en la Constitución, que es el reconocimiento de una diversidad cultural y étnica, al igual que de un pluralismo político.
Ahora la pelota la tiene la Alcaldía, que a través de la Secretaría de Educación (que está vacante en este momento) deberá darle forma al proyecto y definir qué es lo que se enseñará en las “Jornadas de Historia Patria”.
