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Final feliz: Odie, el perro rescatado hace 10 años de las vías del metro en Medellín, por fin encontró una familia

El perrito criollo estuvo 10 años en La Perla, y cuando parecía que moriría allí, encontró una familia que ahora lo ama y lo cuida.

  • Odie era toda una institución en La Perla. Nunca tuvo suerte en las jornadas de adopción, hasta que Daniela y Juan Guillermo lo conocieron. FOTO: CORTESÍA ALCALDÍA DE MEDELLÍN
    Odie era toda una institución en La Perla. Nunca tuvo suerte en las jornadas de adopción, hasta que Daniela y Juan Guillermo lo conocieron. FOTO: CORTESÍA ALCALDÍA DE MEDELLÍN
  • Final feliz: Odie, el perro rescatado hace 10 años de las vías del metro en Medellín, por fin encontró una familia
  • Final feliz: Odie, el perro rescatado hace 10 años de las vías del metro en Medellín, por fin encontró una familia
hace 3 horas
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Con tanta noticia triste a nivel general, con tantos casos de maltrato animal que hacen hervir la sangre, esta noticia hay que celebrarla por todo lo alto, porque lo vale.

Odie, un perrito criollo rescatado de las vías del metro hace 10 años y que desde entonces había envejecido silenciosa y pacientemente en el Centro de Bienestar La Perla, por primera vez en su vida tiene una familia. Su historia la publicó EL COLOMBIANO en julio de 2025. Pues a Odie la vida le cambió para siempre hace dos meses.

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Odie llegó a La Perla el 27 de octubre de 2015. Tenía dos años aproximadamente. Llegó a La Perla luego de que la Policía Ambiental fuera alertada de que el perrito estaba deambulando por las vías del metro. El perrito criollo estaba desorientado, se le veían los huesos, tenía una pata delantera vuelta añicos y heridas y laceraciones por todo el cuerpo, además de estar infestado de pulgas y garrapatas. Pero siempre fue tranquilo, con la mirada tímida y baja agradecía todo lo que hicieran por él.

En La Perla su recuperación fue lenta. Lo bautizaron Odie, por nobleza y discreta alegría, como el sufrido orejón amigo de Garfield. Después de esterilizarlo, comenzaron un largo tratamiento que luego tuvieron que realizar nuevamente en varias ocasiones para curarlo de enfermedades respiratorias, periodontales, de una otitis agresiva. Pero siempre enfrentó los tratamientos con tranquilidad y los superó todos. Y así pasaron los años hasta convertirse en un perro anciano con problemas osteoarticulares propios de su edad. Pero salvo esos achaques controlables con medicina y controles, es un perrito aliviado.

Final feliz: Odie, el perro rescatado hace 10 años de las vías del metro en Medellín, por fin encontró una familia

Envejeció y se hizo más gordo, más canoso y más lento. Pero también más sabio y confiado. A sus 12 años se convirtió en uno de los perros más queridos de La Perla, uno que aprendió a convivir con todos los caninos con los que interactuó y que siempre mostró agradecimiento por los cuidados y cariños recibidos. Nunca tuvo una familia y por eso su historia siempre le dolió al equipo de La Perla, pues no es un perro agresivo ni enfermo ni disfuncional. Solo un perrito viejo que nunca tuvo suerte en las jornadas de adopción, lo que parecía condenarlo a terminar de pasar sus días sin conocer el calor de un hogar.

Pero no fue así. Una madrugada, mientras esperaba un vuelo en Bogotá, Daniela leyó en esta historia del perrito que llevaba 10 años esperando por una familia. La noticia la conmovió, pero fue un detalle el que terminó siendo crucial para que le dijera a su esposo, Juan Guillermo, que debían ir por Odie inmediatamente. La fecha en la que entró Odie a La Perla es la misma del cumpleaños de Daniela.

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Juan Guillermo Palma, ingeniero de sistemas, y su esposa, Daniela Avendaño, odontóloga, están próximos a cumplir cinco años de casados. Para ellos, Odie llegó como un regalo inesperado, justo en el momento en que la ausencia de su anterior perro todavía pesaba en la casa. “Se murió de viejito, cuatro meses antes. Veníamos de un duelo muy fuerte y siempre habíamos hablado de darle la oportunidad a un perrito adulto, pero no se había dado”, recuerda Daniela.

Ese primer encuentro no fue el típico de los cachorros que corren y saltan. Odie los miró con cierta indiferencia, como si creyera que lo habían llevado a su tratamiento rutinario de oídos y huesos. “Iba derecho, tranquilo, como escéptico. No se abalanzó, pero tampoco se resistió. Lo acariciamos y lo fuimos ganando poco a poco”, recuerda Daniela. Era el inicio de una confianza que, en cuestión de días, se transformó en amor absoluto.

Hoy Odie tiene su propio espacio en la habitación de sus dueños: una cama con colchón, varias cobijas, una verde y otra estampada con huellitas y un par de peluches. En las noches, si el calor lo incomoda, no duda en buscar otro rincón de la casa. Hoy, ya adoptado, su mirada ya no refleja incertidumbre sino paz; su rutina no es la del encierro, sino la de los paseos, las caricias y la compañía constante.

Final feliz: Odie, el perro rescatado hace 10 años de las vías del metro en Medellín, por fin encontró una familia

Pero Odie no solo transformó la rutina de Daniela y Juan Guillermo. También la de sus padres y hasta la de su suegro, que pasaba los días apagado por problemas de salud y ahora encuentra motivación para sacarlo a caminar. “Hasta nos llama para preguntar si lo puede pasear. Odie le devolvió las ganas de salir”, cuentan con una sonrisa.

En casa es obediente: sabe dónde están sus cosas, se ubica solo en sus lugares y jamás ha destruido nada. Solo una vez orinó en el patio porque sus dueños se quedaron dormidos más de lo habitual. “Se aguantó tanto que cuando por fin lo sacamos, parecía que nunca iba a terminar”, recuerdan entre risas.

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Para Juan Guillermo, su compañía significa mucho más que responsabilidad. Trabaja desde casa y solía pasar las jornadas encerrado frente al computador. Ahora, Odie lo obliga a salir, a caminar, a recibir el sol que tanto le hacía falta. “El médico me decía que me faltaba vitamina D. Con él ya tengo una excusa para salir, para desconectarme, para hacer pausas activas. Es compañía todo el tiempo. Él se para donde yo me paro. Es un regalo”, confiesa.

Es una historia que ratifica el acto de amor y verdadero respeto por los animales que significa adoptar. En un país en el que cada semana aparecen dolorosos casos de criaderos de perros de raza que aniquilan cientos de vidas de animales para lucrarse en medio de “modas” de ciertas razas, historias como la de Odie renuevan la fe en el verdadero vínculo entre humanos y animales de compañía, que va más allá de modas y lujos, un vínculo basado en empatía y amor.

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