¿Se puede enfrentar la crisis de la salud mental en Colombia apoyados en la inteligencia artificial? Una investigación liderada por el docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas del ITM, Jorge Iván Padilla, apunta a que es posible.
Este avance empezó justo antes de la pandemia, cuando el profesor Padilla, doctor en ingeniería y experto en desarrollar sistemas que permiten a profesionales de diversos campos tomar decisiones a partir de datos, se propuso a desarrollar un sistema que permitiera cuantificar y valorar emociones para identificar factores asociados a trastornos mentales y prevenir escenarios de riesgo, como el deterioro de la calidad de vida y hasta el suicidio.
Luego vino la pandemia y el investigador comprendió que sus avances no podían quedarse en el marco de una tesis doctoral sino que debía potenciarla para convertirla en una herramienta de apoyo para los profesionales en salud que mejorara la cobertura y el acceso de la población.
Para desarrollar algoritmos que identificaran cuadros como la depresión, la ansiedad y hasta patrones de riesgo asociados a suicidio Padilla y su equipo tenían que recolectar una vasta cantidad de datos. Reunieron dos grupos de personas: uno con sujetos sin patologías mentales y otro con algún indicador o problema de salud mental previo.
Para “extraer” la información requerida de estas personas los expusieron a diversos contenidos, por ejemplo, videos musicales con diferente carga emocional: de tristeza, alegría, euforia, entre otros. Mientras tanto, a través de encefalogramas, cardiografías y mediciones electrofisiológicas, en conjunto con una valoración de un profesional en salud mental, se logró alimentar la inteligencia artificial de un sistema de información cuyo objetivo es entregar conclusiones confiables para apoyar los diagnósticos de los expertos.
Según explica el docente, esta investigación marca el camino para que los ciudadanos tengan mayor posibilidad de acceso a una evaluación en salud mental, oportuna y confiable, pues optimiza el escaso tiempo con el que cuentan los profesionales ante la altísima demanda actual y además mejora la capacidad diagnóstica con la información disponible. Los equipos están pensados para ser herramientas tecnológicas de bajo costo que puedan llegar a hospitales y clínicas de cualquier municipio de requiriendo solo acceso a internet.
Hoy, una persona que acuda a su EPS para solicitar una valoración psicológica puede tardar hasta seis meses en obtener cita y hasta un año en lograr un diagnóstico.