El caso, que conmocionó a la ciudadanía el año pasado y que dejó como víctima a una mujer de 41 años, finalmente se cerró con una condena contra la pareja de la mujer.
Braihan Alexander Marín Parra fue condenado a 17 años y un mes de cárcel por la desaparición forzada de Paola Andrea García, un caso que causó conmoción particularmente por dos factores. La víctima, al igual que su agresor, tenía una discapacidad auditiva. Pero el caso también llamó la atención por el cinismo con el que Marín Parra torpedeó la labor de las autoridades para encontrar el cadáver de la mujer.
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Marín Parra fue capturado en octubre de 2023 señalado de ser el responsable de la desaparición forzada de quien fuera su pareja sentimental. Para entonces, la mujer llevaba ya casi once meses desaparecida. Según los testimonios que recogieron los investigadores para armar el caso, Marín era un conocido maltratador y potencial feminicida, de quien tenían evidencias de agresiones sistemáticas y hasta un intento de ahorcamiento a Paola Andrea, quien en ese momento se salvó de morir gracias a la intervención de los vecinos.
El hombre fue señalado por vecinos del barrio Manguala, en el corregimiento de San Antonio de Prado, y por el círculo cercano de la mujer como un manipulador que le quitaba el salario y que incluso llegó a intimidarla para que le comprara una moto y le entregara grandes sumas de dinero, luego de que la mujer recibiera una indemnización por una incapacidad laboral.
Tras la desaparición de la mujer, todos los focos apuntaron con razón a su pareja. Sin embargo, antes de que las autoridades lo capturaran él comenzó a regar múltiples versiones sobre el paradero de la mujer: que se encontraba de paseo en el Nordeste, que la habían atropellado, que se había ido a vivir a una finca. Incluso siguió usando el celular de la mujer para suplantarla y enviarle fotos viejas a los familiares que estaban preocupados por no verla desde noviembre de 2022. Sin embargo, con todos los indicios y los testimonios que aseguraron haberlo visto bajando de un morro en el sector donde vivían con una pala en la mano el mismo día en la que la vieron por última vez, la Fiscalía finalmente lo capturó.
Pero Marín siguió con su táctica de entregar diferentes versiones para torpedear la labor de las autoridades en la búsqueda del paradero de la mujer. Llegó a decir incluso que la mujer había muerto súbitamente. Finalmente, el 21 de octubre, con información suministrada por él mismo a través de un técnico de la Fiscalía experto en lengua de señas, el hombre entregó el paradero donde enterró a Paola y los técnicos del CTI desenterraron el cuerpo.
Los testimonios que lo vieron cubierto con lodo y cargando una pala, así como los antecedentes de violencia y los evidentes intentos por ocultar el paradero de la mujer durante meses, llevaron a Marín a reconocer su participación en la desaparición forzada de Paola para firmar un preacuerdo por ese mismo delito.
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