Los hechos que llevaron al asesinato del médico Juan Guillermo Aristizábal Vásquez, de 58 años, en la mañana del jueves 18 de abril en la Clínica Medellín, de El Poblado, no son tan aislados como parecen. Al menos así lo deja en evidencia las estadísticas entregadas por la Mesa Nacional de Misión Médica, que reportó que el año pasado se registraron 78 ataques a la misión médica en Antioquia, siendo el departamento con más casos.
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De acuerdo con este comité, en todo el país se reportaron 511 agresiones contra médicos, enfermeros, psicólogos, odontólogos, auxiliares y conductores de ambulancia, pero en ningún otro departamento del país se registraron más casos, lo que da cuenta de la crisis de seguridad que viven los del área de la salud en Antioquia. En la lista lo sigue Cundinamarca con 54 casos y Tolima con 53.
Ignacio San Román, saliente director del Comité Internacional de la Cruz Roja, manifestó que “Antioquia es el departamento en el que más se ha documentado actos violentos sobre la asistencia en salud, con 78 casos, incluyendo los relacionados con conflicto y los que no están relacionados. Sigue siendo el departamento más afectado de Colombia, aunque ha habido una disminución este año 2023 con respecto a 2022 de casi un 70%.”.
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Lo que más preocupa a los expertos es que el 73% de los casos se presentan por hechos de intolerancia dentro de los hospitales y en la vía pública, mientras se registran atenciones a las personas, tanto de tipo físico como verbal y psicológico. El restante 27% sí se debe a situaciones que vinculan a los diferentes conflictos armados.
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Y estos actos quedaron en evidencia a las 10:30 de la mañana en el consultorio 908 del edificio de la Clínica Medellín, de El Poblado, cuando un hombre ingresó armado hasta el consultorio del urólogo Aristizábal, quien estaba revisando las historias clínicas. Se conoció que el galeno venía recibiendo amenazas desde hace tres años por parte de un paciente, al parecer, por inconvenientes en un procedimiento que había realizado.
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Incluso, para este paciente existían medidas de restricción para ingresar al consultorio, aunque este solía visitar frecuentemente la Clínica porque un par de pisos más abajo recibía tratamiento psiquiátrico, de acuerdo con los informes judiciales del caso.
Diego Canaval, experto en comunicación no verbal, manifestó que “las agresiones a los clínicos han aumentado bastante y esto tiene que ver por muchos factores y en últimas lo que ha sucedido recientemente es que tienen muchos inconvenientes por las cantidades de trabajo que han tenido después de la contingencia del covid-19”.
Ante estas situaciones, cuando se registran agresiones, al menos las de talante verbal, el experto indicó que las primeras recomendaciones que se le hacen al profesional de la salud es tratar de cambiar su compostura física, tratando de adoptar una posición más amable, para así evitar que se registre una escalada hacia la violencia.
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Por su parte, desde el Ministerio de Salud, luego de conocerse lo sucedido con este especialista, se pronunciaron manifestando que estas agresiones constituyen una grave violación al Derecho Internacional Humanitario y a la Misión Médica en Colombia, tal como se establece en las convenciones internacionales y en el marco normativo nacional.
