x

Pico y Placa Medellín

viernes

3 y 4 

3 y 4

Pico y Placa Medellín

jueves

0 y 2 

0 y 2

Pico y Placa Medellín

miercoles

1 y 8 

1 y 8

Pico y Placa Medellín

martes

5 y 7  

5 y 7

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

6 y 9  

6 y 9

Un día como hoy hace 70 años nació EPM: el motor de Medellín

El 6 de agosto de 1955, el Concejo de Medellín fusionó empresas municipales y creó a EPM. Esta es la historia de una entidad que cambió el rumbo de la región.

  • EPM agrupó desde 1955 a las empresas encargadas de prestar el servicio de acueducto, alcantarillado, energía y teléfono en Medellín. FOTO: Cortesía EPM
    EPM agrupó desde 1955 a las empresas encargadas de prestar el servicio de acueducto, alcantarillado, energía y teléfono en Medellín. FOTO: Cortesía EPM
  • Trabajadores de EPM interviniendo una red del servicio de energía. FOTO: Cortesía EPM
    Trabajadores de EPM interviniendo una red del servicio de energía. FOTO: Cortesía EPM
  • Obras de la planta de potabilización La Ayurá, puesta en funcionamiento en 1968. FOTO: Cortesía EPM
    Obras de la planta de potabilización La Ayurá, puesta en funcionamiento en 1968. FOTO: Cortesía EPM
  • Edificio Miguel de Aguinaga en 1957, entonces sede principal de EPM. FOTO: Cortesía EPM
    Edificio Miguel de Aguinaga en 1957, entonces sede principal de EPM. FOTO: Cortesía EPM
hace 3 horas
bookmark

Hasta finales del siglo XIX y comienzos del XX las calles de Medellín olían a excrementos y orines. Para cualquier transeúnte desprevenido, la única oportunidad de no resultar bañado en inmundicias por accidente era permanecer alerta y ponerse a cubierto si desde algún balcón o ventana se escuchaba el grito “¡Agua va!”, antigua expresión que lanzaban los habitantes de la ciudad antes de tirar al aire bacinillas y baldes rebosantes de desperdicios.

Aunque desde varias décadas atrás la preocupación por la higiene y el saneamiento ya se venía discutiendo en los círculos académicos y políticos de Medellín, en los que se alertaba sobre la urgencia de eliminar esas y otras prácticas para reducir las enfermedades, no sería hasta la segunda mitad del siglo XX que la ciudad lograría embarcarse en un ambicioso plan para construir un alcantarillado moderno, que tras décadas de esfuerzos continuados evolucionó a un sistema capaz de tratar casi la totalidad de las aguas negras de más de 4 millones de habitantes del Valle de Aburrá antes de que lleguen al río Medellín.

Le puede interesar: En emotivo homenaje, EPM celebró 70 años iluminando a Antioquia

Durante el último siglo saltos similares han ocurrido en todos los servicios públicos. Un incipiente acueducto alimentado por la quebrada Santa Elena que se transformó en uno de los más confiables del país o una red eléctrica que comenzó con un centenar de bombillas que alumbraron el Parque de Bolívar poco antes del inicio de la Guerra de los Mil Días a un sistema que este año salvó de un racionamiento a todo el país son algunos de los ejemplos que dan cuenta del liderazgo de Medellín en servicios públicos.

Esta historia tiene un protagonista: Empresas Públicas de Medellín (EPM), fundada por el Concejo de Medellín un día como hoy hace 70 años.

Además de transformar profundamente a Medellín, ser el motor de proyectos y progreso para la ciudad, la compañía también ha dejado un legado invaluable en la historia de la ingeniería antioqueña, que hoy mantiene a EPM como el principal generador de energía de todo el país.

Como cualquier familia, EPM también tuvo antepasados, todos nacidos durante los últimos años del siglo XIX.

Tal vez el más importante de todos fue la Compañía Antioqueña de Instalaciones Eléctricas, la artífice en 1898 de las primeras 150 lámparas que convirtieron a Medellín en la quinta ciudad del país en tener luz, después de Bogotá, Bucaramanga, Barranquilla y Santa Marta.

Según reconstruyó la historiadora Constanza Toro, en su artículo Los servicios públicos en Medellín 1920 - 1990, dos terceras partes de la Compañía Antioqueña de Instalaciones Eléctricas estaban en poder del municipio y el departamento, pero en su manejo también incidían particulares, entre ellos Alejandro Echavarría.

Esta última condición fue una de sus principales fuentes de reparos durante sus primeros años, en los que se cuestionó que su servicio principalmente se enfocara en abastecer a Coltejer y algunas trilladoras, así como tener tarifas muy altas.

Trabajadores de EPM interviniendo una red del servicio de energía. FOTO: Cortesía EPM
Trabajadores de EPM interviniendo una red del servicio de energía. FOTO: Cortesía EPM

En una ciudad en crecimiento, este fue uno de los factores que incidió en que muchas otras grandes textileras como Rosellón en Envigado, Fabricato en Bello y cervecerías y curtiembres en Itagüí levantaran sus instalaciones lejos de Medellín y a la orilla de quebradas como La Ayurá, La García y La María, para generar la energía que abasteciera su propia maquinaria.

Lea también: Fundador de EPM ahora es un ‘antioqueño de oro’: esta es la historia de Lucio Chiquito

Otros antepasados de EPM fueron empresas de telefonía y acueducto también fundadas a finales del siglo XIX con iniciativa privada, que en la década de 1910 fueron compradas paulatinamente por el Estado y permitieron que en 1920 se constituyeran las Empresas Públicas Municipales, que también tenían bajo su tutela el matadero, el tranvía, el manejo de las plazas de mercado, entre muchas otras empresas.

Bajo esta última sombrilla, pionera en el país, la joya de la corona era la Empresa de Energía, a la que se le deben en la década de 1920 los primeros estudios que documentaron el potencial hidroeléctrico de río Grande y que permitieron que Medellín luego se embarcara en proyectos como Guadalupe I, central con capacidad de generar 10.000 kw, y luego Guadalupe II y Riogrande I, proyectos que hicieron posible que las tarifas de energía bajaran y se abasteciera una ciudad que seguía creciendo en industria y cuyos habitantes ya empezaban a comprar radios, estufas, calentadores de agua y todo tipo de electrodomésticos que transformarían para siempre la vida cotidiana.

Fue también la Empresa de Energía, reconstruye la historiadora Toro, la primera entidad pública en Medellín con el suficiente prestigio para obtener créditos internacionales y, pese a compartir plaza con otras entidades afectadas por manejos politiqueros, la primera en ser reconocida por tener un manejo técnico, estar bien administrada y cultivar un personal especializado, ADN que luego quedaría en manos de EPM.

Tan solo en el caso de la energía, y tomando la batuta de sus antecesores, EPM concluyó el proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico Guadalupe - Troneras, al que se sumaron las centrales Troneras, Guadalupe III y Guadalupe IV. A finales de la década de 1970, al sistema se agregó la central de Guatapé, responsable todavía de uno de los embalses más grandes del país, que transformó para siempre a la subregión del Oriente antioqueño y lo convirtió en un referente turístico del país.

Siga leyendo: Grupo EPM, D1 y Postobón, las empresas más poderosas de Colombia: ranking de Supersociedades

En materia de agua potable, a EPM también le correspondió hacer posible que Medellín tuviera su primera gran planta de potabilización en 1968, abastecida por el embalse La Fe y que permitió que el acueducto llegara a más de 1 millón de habitantes.

Concebida con una visión de largo plazo, esta planta La Ayurá soportó el crecimiento de gran parte del sur metropolitano y hoy continúa brindando agua potable a más de tres millones de usuarios, equivalentes al 60% del sistema del Aburrá.

En la década de 1990, a la Ayurá se sumó la planta de potabilización Manantiales en el norte del Aburrá, asegurando el abastecimiento de agua para la región metropolitana en el siglo XXI.

Obras de la planta de potabilización La Ayurá, puesta en funcionamiento en 1968. FOTO: Cortesía EPM
Obras de la planta de potabilización La Ayurá, puesta en funcionamiento en 1968. FOTO: Cortesía EPM

Capítulo aparte merece también el sistema de alcantarillado, el mismo en el que empezó a pensar Medellín desde comienzos del siglo XX cuando los vertimientos de aguas negras obligaron a la ciudad a enterrar la quebrada Santa Elena, convertida en foco de insalubridad e infecciones.

Fue con el respaldo de contar con una entidad como EPM que la ciudad también se embarcó a partir de 1962 en un Plan Piloto de Alcantarillado y en 1981 en un programa de saneamiento a largo plazo del río Medellín con el que la ciudad logró lo impensado décadas atrás: encauzar el grueso de sus aguas residuales a través de un sistema de interceptores y colectores hacia plantas que trataran el agua antes de verterla en el río.

La primera de esas plantas en entrar en operación fue San Fernando, en 2000, y luego Aguas Claras, en 2019, con las que, según EPM, ya se logran tratar el 92% de las aguas negras que se producen en el Valle de Aburrá.

Tras más de medio siglo de trabajo ininterrumpido, la red de alcantarillado de EPM tiene una extensión de más de 4.900 kilómetros.

Además de los hitos de infraestructura, el papel de EPM ha sido clave para impulsar la ingeniería y los proyectos de largo plazo.

Una de las muestras más elocuentes es el proyecto Hidroeléctrico Ituango, cuya semilla se remonta a 1969, cuando el ingeniero José Tejada Sáenz recorrió a lomo de mula el río Cauca y vislumbró su potencial para abastecer de energía al país.

Edificio Miguel de Aguinaga en 1957, entonces sede principal de EPM. FOTO: Cortesía EPM
Edificio Miguel de Aguinaga en 1957, entonces sede principal de EPM. FOTO: Cortesía EPM

Poco antes de que entrara en operación la central de Guatapé, que hoy produce 560 megavatios, Sáenz no temía pensar en una megacentral ubicada en el río Cauca con capacidad para generar 4.000 megavatios, una cifra que por sí sola ya equivalía al doble de toda la capacidad del sistema energético colombiano para la década de 1970 (2.077 megavatios).

Pese a que esas dimensiones se fueron ajustando a lo largo de las décadas, hasta llevar a los 2.400 megavatios de Hidroituango, las investigaciones de Sáenz fueron claves para que la ingeniería antioqueña pusiera sus ojos en el Cauca y en la década de 1990 el proyecto se desempolvara para hacerlo realidad.

Junto a Sáenz, fundador de la firma Integral, otra mente brillante que dejó su huella en EPM fue su amigo Lucio Chiquito, cofundador también de esa firma y quien a mediados de la década de 1950 fue uno de los pioneros del servicio de hidrología que levantó un inventario que hizo posible el grueso de los proyectos de la empresa en la segunda mitad del siglo XX.

Infográfico
Un día como hoy hace 70 años nació EPM: el motor de Medellín

“Por primera vez en Medellín se estableció el servicio de hidrología, que cubría todo el departamento, con el propósito de tener un inventario en el cual se definió dónde estaban las fuentes de agua para la ciudad y otras actividades, como las de energía. Este inventario ha permitido la construcción de 26 centrales de energía, algunas de ellas son Guadalupe, desarrollo del río Porce, las obras del Peñol para la central de Guatapé, San Carlos, entre otras”, expresó Chiquito en diálogo con EL COLOMBIANO en 2020, cuya mente también estuvo tras la fundación de EPM en 1955.

Otras figuras importantes en la historia de EPM han sido sus gerentes, los principales dolientes de que la empresa haya preservado su carácter técnico y manteniendo el norte para llevar adelante proyectos de largo aliento sin importar los vaivenes de la política.

Entre los muchos que se han destacado, la lista la encabezan personajes como Diego Calle Restrepo, quien manejó la compañía entre 1976 y 1985, y cuya labor fue clave para sacar adelante la construcción de la central de Guatapé, que arrastró fuertes cuestionamientos y problemas por sus implicaciones para pueblos enteros como El Peñol.

De igual forma, a su gestión se le atribuye la consolidación de EPM como una entidad sólida y reconocida. Su periodo culminó con su fallecimiento, que se produjo aún ejerciendo sus funciones.

Durante la celebración de los 70 años de la compañía, realizada en un acto protocolario el pasado 22 de julio, el gerente general John Maya dijo que esta conmemoración, más que celebrar logros de infraestructura, consistía en ponderar un legado construido durante generaciones para la ciudad.

“Estamos aquí para celebrar algo más grande que una fecha, celebramos una empresa que ha tocado millones de vidas con respeto, el cumpleaños de una organización que ha dejado una huella imborrable en la historia de nuestra ciudad. Hace siete décadas EPM nació con la misión de llevar servicios públicos dignos a una ciudad en crecimiento. Lo que comenzó con agua, energía y una visión clara, hoy es una de las empresas más admiradas del continente por su solidez y capacidad de transformar territorios”, expresó Maya.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida