Después de la balacera del pasado 17 de febrero en una lujosa casa de $4.000 millones en el barrio Santa Cruz, de Medellín, Juan Pablo Leal Vásquez, alias Pablito Tusi, escapó hasta Calima El Darién, un municipio ubicado a 2 horas y media de Cali, en el Valle del Cauca. Pero hasta allí llegaron los homicidas y en una zona de restaurantes, cercanas a un estadio y un colegio, para asesinarlo.
A quien conocieran como el rey del tusi en Medellín por la comercialización de una sustancia conocida como La Bailarina Negra, lo asesinaron a las 11:00 de la mañana de este martes en la principal vía de acceso a este municipio del norte del Valle del Cauca, aledaño al lago Calima, cuando en un restaurante vecino del condominio Los Laguitos llegaron cinco personas en motos y carros y con tres armas de fuego le dispararon en 15 oportunidades.
En medio de este tiroteo, una mesera del restaurante recibió un impacto en dos de los dedos de uno de sus pies y debió ser trasladada al Hospital San Jorge, de este municipio, pero horas después le dieron de alta. De acuerdo con el registro de las autoridades, su único vínculo con el señalado “puppy narco”, sería el estarle prestando servicio al momento que sus homicidas lo ubicaron.
Leal Vásquez recibió tres disparos que le atravesaron el dorso, otros tres en el glúteo izquierdo, cuatro balas impactaron en el brazo derecho, dos en la región toráxica, uno más en el cuello y otro en la nariz. Las autoridades también lo llevaron a este mismo centro asistencial de Calima El Darién, a donde llegó sin signos vitales. Después de perpetrar el crimen, abordaron sus vehículos y escaparon en dirección hacia Buenaventura.
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El tiroteo habría generado pánico entre los estudiantes de una institución educativa del sector, puesto que los menores se encontraban disfrutando de su descanso en la cancha municipal, por lo que algunos padres de familia tuvieron que recoger a los menores, producto del pánico, de acuerdo con información entregada por RedAcción Calima 2.0, un medio de comunicación de la localidad.
Algunos testigos del hecho indicaron que Leal Vásquez llegó a este establecimiento comercial en compañía de varias personas y llevaría varios días de fiesta en este municipio.
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En medio de las persecuciones, las autoridades lograron materializar la captura de cinco personas, a quienes les encontraron tres armas de fuego, con tres proveedores y el carro particular que, de acuerdo con las autoridades, sería el mismo que se habría utilizado en este crimen. Los habrían ubicado en una finca, en medio de una fiesta, explicó la coronel Sandra Liliana Rodríguez, comandante de la Policía Valle
El señalado rey del tusi había escapado desde el pasado 17 de febrero, cuando hombres armados llegaron a su lujosa casa de $4.000 millones en el barrio Santa Cruz, un barrio estrato medio-bajo del nororiente de Medellín, en un hecho en el que murió Cristian Camilo Tobón Londoño, de 31 años, mientras que dos personas más resultaron lesionadas, entre ellas el reconocido vallentero Yair Ortiz.
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Además de esta propiedad, la cual modificó adquiriendo no solo esta casa de tres pisos sino otras vecinas para tener salidas de escape, las cuales utilizó el día de la balacera en cuestión, tendría otras casas con similares comodidades en otros sectores de la ciudad. Allí contaría con, entre otras cosas, con jacuzzi, colección de motos, un escenario para conciertos y varias habitaciones, las cuales se usaban para las fiestas cualquier día de la semana.
También era reconocido por tener una marca de ropa que se comercializaba a través de las redes sociales, como uno de sus negocios más emblemáticos, según la información de inteligencia.
Los agentes del CTI de la Fiscalía que realizaron la inspección al cuerpo sin vida de alias Pablito Tusi informaron que este hombre estaba siendo investigado por homicidio.
Las autoridades lo tenían en la mira desde 2020, cuando se le empezó a vincular con la comercialización de esta droga sintética, la cual es una variación del 2CB y que se volvió popular en varias regiones del país y además se exporta a Venezuela, Ecuador y Chile y hasta algunas ciudades de Europa, en un negocio que estaría dejando ganancias hasta por $5.000 millones.
