Ya es fácil perder la cuenta de las crisis políticas que ha atravesado el Perú en los últimos dos años. Y el pasado fin de semana, las revelaciones de un testigo en el caso judicial conocido como “Club de la Construcción”, directamente relacionado con el escándalo Odebrecht, dejaron al país al borde de un nuevo episodio de inestabilidad.
Tras la renuncia de Pedro Pablo Kuzcynski a la presidencia, en 2018, su reemplazo, Martín Vizcarra, ha enfrentado una disolución del Congreso, una moción de suspensión, dos mociones de confianza (que lo han obligado a cambiar el gabinete de ministros) y una moción de destitución por la adjudicación de millonarios contratos a un cantante poco cualificado que aseguró ser amigo suyo.
Ese juicio político no prosperó, pero ahora, un informe del diario El Comercio reveló el testimonio de Elard Tejeda, empresario que aspira a colaborar con la justicia, quien asegura que cuando era gobernador del departamento de Moquegua, Vizcarra recibió unos 258.000 dólares por entregar información a la constructora Obrainsa, que le permitiera ganar una licitación de obra pública en 2014.
A esas acusaciones, se suman las de representantes de las empresas Casa e Iccgsa, que admitieron el mismo modus operandi para ganar licitaciones con la ayuda del entonces gobernador.
Y este lunes, a raíz de las revelaciones, el Congreso, donde el mandatario no cuenta con aliados, empezó a tramitar un nuevo juicio de destitución. Así lo confirmó el legislador José Vega: “Este tema es algo gravísimo, hay colaboradores que han hablado. Acá hay evidencias claras de que hay coimas, de que hay corrupción. Esto debe generar una vacancia por incapacidad moral permanente”.