La tragedia del sumergible de OceanGate Expeditions que desapareció y luego implosionó en las profundidades del Atlántico Norte cuando intentaba llegar a los restos del Titanic, sigue sorprendiendo por los detalles que se han ido conociendo del siniestro que dejó cinco víctimas.
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La información más reciente que se tiene del accidente es que, en la recuperación de varias piezas de la pequeña nave que quería llegar a más de 4.000 metros de profundidad, la Guardia Costera estadounidense halló “presuntos restos humanos” que podrían coincidir con los cinco hombres que viajaban en el submarino.
Jason Neubauer, la cabeza de la investigación de los guardacostas, indicó que los restos serán analizados en las próximas semanas y podría aportar “elementos cruciales para entender la causa de esta tragedia”.
Pero además del hallazgo de los posibles restos humanos, se dijo que entre las piezas encontradas en el océano también se habría ubicado el control que la tripulación utilizó para manejar el sumergible bajo el agua.
El control, de la marca Logitech, es muy similar al de un control para videojuegos, lo que causó bastante curiosidad en medio de la búsqueda del sumergible hace un par de semanas.
OceanGate había revelado que el submarino se conducía a través de un control tipo joystick, es decir, que contaba con dos palancas sobresalientes que permitían guiar su dirección, tal y como ocurre con los controles de los videojuegos.
En redes sociales llegaron a circular imágenes del control recuperado; sin embargo, esas fotografías serían falsas, de acuerdo con el portal LevelUp. “Hasta ahora, las autoridades no han publicado ninguna imagen o video que los muestren”, señalaron.
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Así mismo expertos aseguraron que un control como el Logitech F710, que sería el modelo que tenía el submarino, “no podría aguantar la presión de estar a 10.000 pies bajo el agua”.
Mientras tanto, Estados Unidos y Canadá avanzan en sus investigaciones para determinar las causas de la implosión del sumergible.
Y es que tras la desaparición del Titán se ha criticado a la empresa OceanGate por presuntas negligencias en el diseño de la nave. Un exdirectivo de la compañía puso en duda la seguridad del sumergible, que supuestamente no reunía las condiciones para soportar una profundidad tan extrema.
El Titán, de unos 6,5 metros de eslora se sumergió el 18 de junio para observar los restos del Titanic y debía subir a la superficie al cabo de siete horas, pero se perdió el contacto con él cuando aún no habían transcurrido dos.
Entonces se puso en marcha una operación de rescate para intentar salvar a los pasajeros del sumergible, que supuestamente tenía reservas de aire para unos cuatro días.
Pero los equipos constataron, cuatro días después (22 de junio), que el sumergible sufrió una “implosión catastrófica” en la que murieron los cinco hombres que viajaban en él.
Los restos del Titán que fueron hallados en el lecho marino a unos 500 metros del pecio del Titanic y a casi 4.000 metros de profundidad, fueron llevados a St. John’s (Terranova, este de Canadá). Un buque de los guardacostas estadounidenses los traslada a un puerto de Estados Unidos, donde serán analizados por investigadores.
