La salud pública en Estados Unidos entró en terreno polémico tras las declaraciones de Robert F. Kennedy Jr., secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, quien aseguró que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una ”epidemia prevenible” y prometió encontrar la “toxina ambiental” que —según él— ha disparado los casos en el país.
“Los genes no causan epidemias. Pueden generar vulnerabilidad. Se necesita una toxina ambiental”, afirmó Kennedy en declaraciones recogidas por NBC News, sin presentar evidencias científicas que sustenten sus dichos.
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Estas afirmaciones contradicen décadas de investigación académica y el más reciente informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que reveló un aumento de casos de autismo en la población infantil estadounidense: 1 de cada 31 niños es diagnosticado con TEA, según datos recogidos en 14 estados y Puerto Rico.
Los científicos desmienten a Kennedy: “El autismo no es una enfermedad ni tiene causa única”
La comunidad científica ha reaccionado con firmeza. Médicos e investigadores recordaron que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo, no una enfermedad transmisible ni prevenible como tal, y que no existe una causa única identificada.
“Las razones del aumento en el diagnóstico del autismo se deben al progreso científico y en la atención médica”, explicó Annette Estes, directora del Centro de Autismo de la Universidad de Washington, a medios internacionales.
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La Fundación de Ciencia del Autismo también rechazó las afirmaciones del funcionario, señalando que el aumento en los diagnósticos obedece principalmente a la desestigmatización del trastorno y a un mejor acceso a servicios médicos.
“Este informe es la evidencia más convincente hasta ahora de que los cambios en factores como el acceso a servicios y la desestigmatización están llevando a un aumento en la incidencia”, explicó Alycia Halladay, directora científica de la fundación.
El contexto político: recortes y reestructuración del sistema de salud
A pesar de las críticas, Kennedy Jr. anunció que en las próximas semanas lanzará una serie de estudios para encontrar factores ambientales que, según él, estarían detrás del aumento del autismo en niños.
Su plan incluye otorgar subvenciones a universidades e incentivar investigaciones centradas en exposiciones químicas y contaminantes.
“Sabemos cuáles son las cifras históricas y sabemos cuáles son las cifras actuales, y es hora de que todos dejen de atribuir esto a esta ideología de negacionismo epidémico”, sostuvo Kennedy.
“El autismo destruye familias. Más importante aún, destruye nuestro mayor recurso, que son nuestros hijos”, añadió.
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Las declaraciones del secretario de Salud ocurren mientras el gobierno del presidente Donald Trump alista un drástico recorte del presupuesto en salud, que incluye una reducción del 40 % a los CDC y la eliminación de miles de millones en subvenciones a la investigación científica y médica.
Según un memorando obtenido por CNN, la reforma contempla centralizar decenas de programas bajo una nueva agencia llamada Administración para una América Saludable (AHA), que estaría liderada por el propio Kennedy.