Edificios de lujo, hoteles, aviones y campos de golf son algunos de los bienes de la larga lista de propiedades del candidato Republicano y ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
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Si hay algo de lo que le guste hablar al nuevo inquilino de la Casa Blanca es de dinero. Tanto así que ha resultado incalculable determinar a cuánto asciende su fortuna.
La revista Forbes, por ejemplo, valora en US$ 4.500 millones de dólares su capital, el índice Bloomberg estima que solo son US$ 4.400 millones, mientras que el propio Trump valora su patrimonio neto en más de 10.000 millones de dólares.
El multimillonario forjó desde los años 80 un imperio empresarial orientado a los bienes raíces, que ha sabido mantener a pesar de las dificultades financieras.
Todo lo que sabe sobre dinero lo aprendió de Fred Trump, su padre, quien forjó su fortuna construyendo viviendas de clase media, hasta llegar a tener miles de pisos en los barrios neoyorquinos de Queens, Brooklyn y Staten Island.
Trump, el cuarto de cinco hermanos, se interesó en los negocios de su padre y se involucró en las finanzas de sus inmuebles. Cuando terminó sus estudios en las universidades de Fordham y Pensilvania, relevó a su padre y entró de lleno en el mundo inmobiliario de Manhattan. Allí comenzó a amasar su fortuna.
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Formó el conglomerado internacional The Trump Organization, el principal holding de sus negocios, con el que administra sus compañías y propiedades, que pueden llegar a sumar 564, que dependen en buena medida de la reputación de la marca Trump.
Entre sus propiedades figuran el rascacielos Trump Tower de la Quinta Avenida en Manhattan -donde vive-, la mansión Trump de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida; el Trump Ocean Club en Ciudad de Panamá y el Trump Towers en Estambul. Además, posee diez campos de golf en seis estados de Estados Unidos y tres más en Escocia e Irlanda.
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Además, los espectáculos también fueron parte de los negocios del magnate. Trump fue el propietario de The Miss Universe Organization, encargado de realizar los certámenes de belleza de Miss Universo, Miss USA y Miss Teen USA, de los que fue dueño hasta septiembre de 2015, cuando se vio obligado a vender los certámenes debido a la controversia generada por sus comentarios en contra de los inmigrantes latinos.
Pero, entre tanto éxito también hubo fracasos. Casinos que quebraron cuatro veces, una aerolínea que nunca prosperó y hasta un resort en México son algunos de los desaciertos en los negocios del multimillonario presidente de los Estados Unidos.
