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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este jueves que su país está “de vuelta” a la escena internacional y que prueba de ello es el periplo que comenzó en China para hablar sobre cómo frenar la sangrienta invasión de Rusia en Ucrania.
El dirigente izquierdista, que llegó el miércoles en la noche a Shanghái, se encontrará este viernes con su homólogo Xi Jinping –en Pekín– para intentar formar un grupo de países mediadores en esa guerra que completa más de 1 año de haber estallado.
“La época en que Brasil estaba ausente de las grandes decisiones mundiales ya es cosa del pasado. Estamos de vuelta en la escena internacional después de una ausencia inexplicable”, dijo en su primer acto oficial.
Lula participó el jueves en Shanghái en la toma de posesión de la exmandataria brasileña Dilma Rousseff (2011-2016) como presidenta del banco de los BRICS, el grupo de grandes países emergentes que reúne a Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica.
Desde su regreso al poder el 1 de enero, el líder izquierdista quiere volver a colocar a Brasil “en la nueva geopolítica mundial” y dejar atrás el aislacionismo de su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Lula, que en enero viajó a Argentina y Uruguay y en febrero a Estados Unidos, tenía previsto visitar al primer socio comercial de Brasil del 25 al 31 de marzo, pero tuvo que postergarlo por una neumonía.
Finalmente, el dirigente brasileño llegó a Shanghái acompañado por su esposa Rosangela “Janja” da Silva y fue recibido en el aeropuerto por el viceministro chino de Exteriores, Xie Feng.
“Brasil está de vuelta con la disposición de contribuir nuevamente a un mundo más desarrollado, más justo y ambientalmente sostenible”, insistió durante el acto en el banco de los BRICS.
El dirigente alabó el papel de este banco como “herramienta de reducción de la desigualdad entre países ricos y países emergentes” y “con un gran potencial transformador”, porque libera a los países emergentes de lo que denunció como sumisión a las instituciones financieras tradicionales.
Lula encabeza una delegación que incluye a unos 40 representantes políticos, entre ellos nueve ministros, gobernadores de estados y diputados, y un nutrido grupo de empresarios.
Es la cuarta visita oficial a China para Lula, que inició en enero su tercer mandato como presidente, después de los dos que desempeñó de 2003 a 2010.
Tras su primera visita en 2004, el volumen de comercio entre ambas economías creció 21 veces, según Planalto.
En 2022, el gigante asiático importó por valor de más de 89.700 millones de dólares, especialmente soja y minerales, y exportó por un monto de 60.700 millones, de acuerdo con las cifras de la presidencia brasileña.
Y todo esto cobra relevancia porque la primera jornada en Shanghái –en esta nueva etapa de Lula en el poder– tuvo un componente especialmente económico
Mediación en Ucrania
Este mismo jueves Lula viajó a Pekín, donde este viernes se reunirá con Xi Jinping.
Los dos países tienen en común el hecho de no haber impuesto sanciones a Rusia, y esperan desempeñar un papel de mediadores en la guerra desatada sobre Ucrania.
La semana pasada, el dirigente izquierdista señaló que Ucrania “no puede quererlo todo” y sugirió que podría ceder el territorio de la península de Crimea, cuya anexión en 2014 por parte de Moscú no reconoce Kiev.
El portavoz de la diplomacia ucraniana, Oleg Nikolenko, respondió que no hay razón para “abandonar un solo centímetro de territorio ucraniano”, pero agradeció “los esfuerzos del presidente brasileño para encontrar una manera de detener la agresión rusa”.
Lula propone formar un grupo de países para trabajar en una salida negociada al conflicto causado por la invasión rusa. A su regreso de China, ese grupo estará “creado”, prometió el presidente brasileño.