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Biden abogará por una política de drogas que no viole DD. HH.

Las medidas más restrictivas entrarán a revisión, ya que la prioridad será el desarrollo rural.

  • El Gobierno de Estados Unidos le apuesta a una política de drogas que no afecte los derechos humanos de las comunidades afectadas por el narcotráfico. Colombia está en sus planes, por lo que la política de erradicación entraría a revisión. FOTO Archivo Colprensa
    El Gobierno de Estados Unidos le apuesta a una política de drogas que no afecte los derechos humanos de las comunidades afectadas por el narcotráfico. Colombia está en sus planes, por lo que la política de erradicación entraría a revisión. FOTO Archivo Colprensa
03 de abril de 2021
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El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, colaborará con México y Colombia para garantizar que la lucha contra la producción y el tráfico de drogas se adhiera al cumplimiento de la ley y el respeto por los derechos humanos.

Así lo anunció la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de Estados Unidos (ONDCP, en inglés) en un documento de once páginas, donde informó de las prioridades en este ámbito de la Administración de Biden durante su primer año de mandato.

A lo largo del texto el Gobierno estadounidense desarrolla su visión en la lucha contra lo que se llama en EE.UU. la epidemia de opiáceos, que en 2019 cobró las vidas de 70.630 personas en este país.

En el documento, la ONDCP menciona brevemente a México y Colombia en el apartado donde describe la quinta de las prioridades del Ejecutivo de Biden: la reducción del suministro de “sustancias ilícitas” a EE. UU.

Para ello, propone trabajar con “socios claves” en el continente, como ambos países, “para dar forma a una respuesta colectiva y global a la producción ilícita de drogas y emplear enfoques de salud pública a través de una profundización de la colaboración bilateral, expandiendo la presencia efectiva del Estado y desarrollando infraestructuras”.

“Esto garantiza que las actividades para frenar la producción y el tráfico ilícito de drogas se adhieran al cumplimiento de la ley y el respeto a los derechos humanos”, dice el texto.

EE. UU. también buscará ejercer su liderazgo en foros regionales y multilaterales, además de emplear su presencia en ellos para abordar con países como China y la India las maneras de desbaratar el tráfico de drogas sintéticas y de sus componentes químicos.

Así mismo, las autoridades de EE. UU. destacan la importancia de fortalecer sus capacidades en la lucha contra la venta de drogas sintéticas por Internet.

Otras de las prioridades que se marca el Gobierno de Biden es expandir el acceso al tratamiento contra las adicciones, acortar las disparidades raciales en las políticas antidrogas y promover la prevención entre los jóvenes.

Era lo esperado

Cuando se supo que Joe Biden sería presidente de Estados Unidos varios analistas explicaron a EL COLOMBIANO que lo más probable era que se diera una flexibilización de la política de drogas, que no buscara la legalización, como se especuló en un principio, sino que tendiera más hacia el desarrollo alternativo en el campo, que abogara por mayor prevención y atención al consumidor problemático y aumentara la lucha contra los enclaves más importantes de la cadena: los narcotraficantes, los grandes actores financieros globales del negocio, los lavadores y los que suministran armas y precursores para mantenerla andando.

“Confiamos en que la sustitución de los cultivos, para el caso de la coca y de la amapola, sea la política aplicable, encontrando para los campesinos opciones que van desde infraestructura y otros bienes públicos, hasta cultivos alternativos. Expresidentes latinoamericanos se han expresado en ese sentido; todos ellos en su momento dieron la batalla y vieron cuán costosa y lenta es una victoria militar y policial en este campo”, explicó el exministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

Colombia en otra dirección

Sin embargo, el Gobierno colombiano avanza en otra dirección, ya que insiste en conseguir los avales correspondientes para retomar la aspersión aérea con glifosato y le ha metido el acelerador a la erradicación forzosa de cultivos, lo que deja sin alternativas a los campesinos que subsisten de la hoja de coca.

El general Jorge Luis Vargas, director de la Policía Nacional, señaló que en sus primeros 100 días de gestión se erradicaron 10.940 hectáreas de cultivos ilícitos, de las cuales 8.822 fueron por aspersión terrestre y 2.118 por erradicación manual.

Además de operaciones contra el narcotráfico se incautaron 86,6 toneladas de clorhidrato de cocaína, 19,6 toneladas de base de coca, 105 kilos de heroína, 512 kilos de bazuco, 107,6 toneladas de marihuana, la destrucción de 856 laboratorios de droga y la captura de 13.722 ciudadanos colombianos y 1.580 extranjeros.

Las metas para el año 2023 es reducir al 50 % las áreas de cultivos ilícitos.

De momento, Colombia fue certificada nuevamente en la lucha contra el narcotráfico, pero en las próximas semanas se sabrá si sus esfuerzos van de acuerdo con la política de drogas que planea Biden

50 %
espera reducir Colombia las hectáreas cultivadas con hoja de coca al 2023.
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