Amlo y Trump, una apuesta económica

La agenda fluyó en medio de cordialidad y es vista como un mensaje de tranquilidad para los empresarios.

Sin tapabocas ni el tradicional apretón de manos se dio la agenda entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de México, Andrés Manuel López Obrador, en la Casa Blanca. FOTO AFP

El primer viaje internacional de Andrés Manuel López Obrador (Amlo), 19 meses después de haber asumido como presidente de México, ha causado controversia, sobre todo por el destino y con quien se reunió.

La firma del acuerdo comercial entre ambas naciones y Canadá, conocido como T-MEC, que remplaza el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), vigente desde 1994, y las relaciones políticas entre mexicanos y estadounidenses; fueron los temas principales de la agenda.

No se habló de migración ni de la construcción del muro fronterizo, pese a lo polémico. Es importante recordar que en la campaña Trump llamó “violadores” y “criminales” a los mexicanos.

El encuentro se dio en medio de la pandemia del coronavirus y se realizó sin tapabocas, pese a la recomendación de usarlo para prevenir el contagio, y sin el tradicional apretón de manos de Trump a sus visitantes. Vale mencionar que EE.UU. tiene 3,04 millones de contagios y México 268.008, según la Universidad Johns Hopkins.

La cita entre ambos fue cordial y en las declaraciones los reconocimientos fueron de ida y vuelta. Trump, por ejemplo, manifestó que estaba “realmente conmovido” de que Amlo haya elegido hacer su primera visita al extranjero desde que asumió el cargo”.

Agregó que con la firma del acuerdo comercial “prometemos una amistad cercana y continua” y subrayó que López Obrador tendrá su “apoyo personal” para la adquisición de equipos médicos que México necesitaba “con urgencia” para tratar a enfermos de covid-19.

Señaló que la relación entre ambos países “nunca había sido tan estrecha” y, le hizo un claro guiño a López Obrador para que le haga frente a las críticas en su país.

Entretanto, el mandatario mexicano sostuvo que Trump “no ha pretendido tratarnos como colonia, sino que por el contrario ha honrado nuestra condición de nación independiente”. Y reiteró: “Fallaron los pronósticos, no nos peleamos, somos amigos y vamos a seguir siendo amigos”.

Mirada al encuentro

Los analistas explican que este encuentro es una jugada precisa en aras de mantener una relación económica y política fluida y consideran que el hecho de que se reuniera con Tump en Estados Unidos tiene un fin claro: darles un mensaje de tranquilidad a los empresarios mexicanos, quienes ven con recelo las posiciones de Amlo en torno a las relaciones económicas con otros países.

En este contexto, hay que anotar que el T-MEC, que busca mejorar los vínculos comerciales y laborales entre México y América del Norte, entró en vigencia el 1 de julio pasado, y estima mover al menos US$1,2 billones cada año entre las tres naciones, durante sus 16 años de vigencia.

Mauricio Jaramillo Jassir, docente de Relaciones Internacionales de la U. del Rosario, destaca que aunque López Obrador tiene mayor cercanía política con la izquierda, esta visita respalda los intereses económicos y políticos.

El viaje, para Jaramillo Jassir, confirmó que por más que haya cambios ideológicos, “todos los gobiernos mexicanos, al margen de su color político, tratan de mantener una relación buena y robusta con Estados Unidos”.

Rafael Piñeros, docente de Relaciones Internacionales de la U. Externado, destaca que “el hecho de visitar EE.UU., es muy positivo para disminuir la presión reciente, que fue creada por la retórica belicosa de Tump, tanto de candidato como de presidente”, dice.

Sobre este punto, Jaramillo Jassir mencionó que se “confirma la relación pragmática de ambos”, sobre todo porque no se tocaron temas espinosos (ver Radiografía).

Piñeros, por su parte, manifestó que México tiene excelentes relaciones comerciales con la Unión Europea, Centroamérica y es considerado como un jugador global en la economía. “Tiene una política diplomática que refleja que aunque a Amlo no le guste o no le interese un tema, no quiere decir que su canciller deje de hacer su trabajo”.