viernes
7 y 9
7 y 9
Este domingo, un avión C-10 Hércules de cuatro motores se disponía a aterrizar en el aeródromo de la Isla de Joló, Filipinas, cuando se pasó de la pista y se estrelló, en un hecho que hasta la última actualización oficial deja a 45 víctimas mortales, 53 heridos y cinco desaparecidos.
A bordo de la aeronave iban tres pilotos, cinco miembros de la tripulación, varios militares y algunos civiles. De hecho, de los 45 muertos, se conoce que al menos tres son civiles; y el resto, soldados.
“Al perder la pista de aterrizaje (el avión) trató de recobrar la potencia, pero no tuvo éxito y sufrió un accidente”, indicó el comandante general de las Fuerzas Aéreas de Filipinas, Cirilito Sobejana, en un comunicado en el que precisó que la aeronave partió de una base en Cagayán de Oro, en la isla de Mindanado.
Los sobrevivientes, dentro de los cuales hay cuatro civiles, están siendo atendidos en un hospital local, mientras que a los desaparecidos se les busca en medio de lo que queda del calcinado avión.
En la Isla de Joló habitan varios grupos extremistas islámicos, por lo que la misión de los tripulantes del avión, en su mayoría recién graduados, era llegar al batallón y disponerse a prestar labores de vigilancia en el terreno y combatir a estos grupos.
En mensaje de apoyo, el gobierno de Estados Unidos dijo que extenderá “todo el apoyo” a los esfuerzos de Filipinas por atender la emergencia. “En nombre de Estados Unidos, ofrezco nuestras profundas condolencias al pueblo de Filipinas por el trágico accidente aéreo en el que murieron varias docenas de militares”, dijo el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
El accidente causó una espesa nube de humo negro, conforme se ve en videos y fotografías publicadas en las redes sociales por testigos, mientras las llamas devoraban parte del Hércules estrellado.
“Estamos haciendo todo lo que podemos para rescatar a los pasajeros” restantes, apuntó Sobejana. A su vez, se adelantan investigaciones para conocer por qué se presentó este accidente.
Otros accidentes aéreos en Filipinas
Este caso pone en duda la revisión que desde ese país se le está haciendo a los aviones militares, el cual por lo general adquiere aviones y helicópteros de segunda mano para su Ejército.
A finales de junio, seis personas perdieron la vida al accidentarse un helicóptero Black Hawk durante una misión de entrenamiento cerca de la base militar aérea de Clark, en el norte de Manila. El helicóptero era uno de los 16 adquiridos en 2019 y entregados el pasado noviembre.
A raíz de este incidente, el secretario de Defensa ordenó dejar en tierra de manera temporal toda la flota de Black Hawk mientras se procedía a una revisión.
En enero, además, un helicóptero UH-1H utilizado en la Guerra de Vietnam y que posteriormente fue renovado sufrió un accidente durante una misión de abastecimiento en el sur del país, la cual se saldó con ocho soldados fallecidos.
Por su parte, el C-130 accidentado hoy fue entregado a principios de año a Filipinas mediante el acuerdo de asistencia militar que mantiene con Estados Unidos, quien operó la nave entre 1988 y 2016 y que pasó los últimos años en un hangar de una base estadounidense.
El senador filipino Gordon Richard cuestionó en Twitter el mantenimiento de los aparatos, y reclamó una investigación urgente para abordar este incidente que pone en riesgo la seguridad nacional. “Debe haber un buen mantenimiento y entrenamiento continuo de nuestras tropas para evitar la pérdida de vidas, mano de obra y material”, denunció el político.
En el año 2018, el Gobierno de ese país se comprometió a destinar más de 6.000 millones de dólares para actualizar el desfasado arsenal del Ejército.