Un aviso luminoso en toda la cresta de la tarima de la carrera 70 hacía inevitable que las miradas de los espectadores fueran y vinieran entre la marca que se promocionaba allí y los artistas de cartel a la hora del espectáculo.
Ese lugar de protagonismo en los principales escenarios de la Feria de las Flores lo ocupaban antaño de manera exclusiva los logos de la FLA y Pilsen, pero ahora el sitial lo llenó LicoExpress. Algunos lo podrán catalogar como la insolencia de una marca advenediza u otros como la proeza de una firma sin recato para meterse entre los grandes.
Pero tampoco es que se trate de una pelea del raquítico David contra un musculoso Goliat, porque LicoExpress incluso ya ha casado peleas jurídicas con J. Balvin, prácticamente no hay sector de la ciudad donde uno no se tope con alguna licorera de esa marca y hace presencia con sus locales también en otras ciudades del país.
De otra parte, tampoco está mal de relaciones políticas que resultan convenientes para cualquiera que se proponga un proceso de crecimiento vertiginoso como el suyo.
De hecho, la negociación para figurar en el sitio estelar que tuvo en esta versión 23 de la Feria no fue la primera relación cercana con la administración de Daniel Quintero y su grupo político. En diciembre pasado, a petición del concejal del movimiento Independientes Carlos Mario Romero y Claudia Marcela Ramírez, del Centro Democrático, Food and Drinks, la empresa propietaria de la marca LicoExpress, recibió la Orden al Mérito Don Juan del Corral en nota de estilo por sus 25 años de existencia.
En la ceremonia, el gerente, Edisson Fernando Gómez, dio cuenta de la evolución que ha tenido su negocio, desde el pequeño bar Corinto que abrió en el barrio Buenos Aires su abuelo materno, Francisco Javier Giraldo Aristizábal.
Con escasos 16 años, Gómez se hizo socio en el establecimiento y al morir el viejo de un cáncer en el estómago les compró el resto a los tíos que, profesionales como son y empleados en empresas reconocidas, se mostraron poco interesados en lidiar con borrachos. Él sí lo hacía a la vez que estudiaba ingeniería industrial en la Universidad de Antioquia y después mientras hacía una especialización en logística y transporte.
Pocos tal vez lo sepan, pero hace 17 años Gómez fue el iniciador de los Parches Pilsen, esos lugares diseminados por los barrios populares donde se podía tomar cerveza a 800 pesos acompañada de buena música, mientras que en cualquier tienda el precio eran a $1.500.
Eso, según él, le generó un reconocimiento con la matriz de Bavaria, la multinacional productora de la “amarga” porque, tal vez sin proponérselo, se convirtieron en reguladores de un producto en el que oficialmente no hay un control al precio de venta. El resultado fue un trato especial a la hora de soltarles silletería, carpas y avisos.
Ahí fue que Gómez tomó más confianza. Vio que podía crear su sello propio con el cual alcanzar además los estratos altos. Esa es LicoExpress, la marca estrella de Food and Drinks.
“He trabajado toda la vida muy duro para que esto crezca”, expresa el joven empresario, cuya compañía el año pasado facturó 102 millones de dólares y este año aspira a que sean US$200 millones, equivalentes a cerca de $800.000 millones.
La empresa cuenta con 1.300 trabajadores directos y 300 indirectos si se cuentan los empleados de la firma de transportes que Gómez posee con su papá y su hermano y que le sirve para apoyar logísticamente la gigante operación de llevar licores a los 413 locales que posee en toda Medellín, así como en Cali, Villavicencio, Bogotá, Rionegro, Montería, Barranquilla y Cartagena. Pronto abrirá también en Cereté y Sahagún (Córdoba), lo mismo que cuatro locales en Barranquilla, en un paso más por cumplir sueño de ser la firma más grande del país en distribución de bebidas espirituosas, con 500 puntos de venta diseminados por el territorio nacional al final de este año.
Además, existe LicoExpress Panamá, a partir de la que buscarán el salto a la internacionalización.
“La marca está registrada a nivel mundial y hemos recibido ofertas de Centroamérica, México y Estados Unidos para vender franquicias, pero no nos interesa por el momento porque la marca hay que cuidarla demasiado”, añadió Gómez, quien sin embargo anunció que en seis u ocho meses abrirá establecimientos propios en el istmo y el país azteca.
A la par, a Food and Drinks le han nacido tentáculos sin fin. Por ejemplo, de acuerdo con documentos de Cámara de Comercio, posee una línea de bares y restaurantes con marcas como Divino Cielo, Terraza Tierra Dorada, La Parrilla Gaucha; las fondas Mi Suegra y La Vecindad en La 70; y las marcas de comidas rápidas Hot Dog Express, Bravato Burguer & Grill, y Tako Express. Igualmente, posee Apolo Inversiones y entró a la onda digital con el e-comerce Licoexpress. En total, Gómez reconoce 14 nominaciones bajo el paraguas de su emporio empresarial.
El año pasado esa faceta de acreditador de marcas lo hizo trenzarse en un pleito jurídico con J. Balvin, por la nominación Made In Medellín. Mientras que el primero pretendía registrarla como propia para restaurantes y servicios de alimentación, el artista argumentó que se trataba de un plagio de la expresión que él hizo popular con un video; si bien en una primera instancia la Superintendencia de Industria y Comercio no admitió el registro porque en su concepto carecía de la “fuerza distintiva suficiente para identificar los productos o servicios” que quería ofrecer, Gómez apeló y sigue pendiente de un fallo definitivo.
Encuentro con los grandes
Quienes conocen al comerciante, de 40 años de edad, relatan que el pasaporte hacia las grandes ligas del comercio lo obtuvo cuando montó bases en la Plaza Mayorista. Allá, donde todos se quitan el sombrero cuando ven a alguien con laboriosidad y capacidad de emprender y muchos lo califican a él como un “muchacho muy trabajador”. Es algo equivalente a que a uno lo elogien en Brasil o Argentina por jugar bien al fútbol.
Al llegar, hace alrededor de ocho años, se asoció con Fernando Sierra, un exportador de carne de gran influencia en el centro de abastos más importante de Antioquia y según muestran los libros contables, este no solo le aportó relacionamiento sino un músculo financiero, pues tomaron a Food and Drinks por mitades y automáticamente el capital suscrito en libros pasó de $200 millones a $6.000 millones. Entre Food and Drinks y las empresas que de manera particular posee Sierra ocupan una buena porción del bloque Naranja: en el primer piso queda un centro de distribución de LicoExpress, en el segundo es el restaurante mexicano Cuernavaca, en el tercero son las oficinas administrativas del grupo empresarial y en el noveno nivel acondicionaron el Sky Center, un centro de eventos para 4.000 personas en el que se han presentado artistas de la talla de Jessi Uribe, Andy Montañez o Charlie Aponte. “Este año ya tenemos más de 60 eventos cerrados”, dice Gómez.
El proyecto en ciernes lo denomina LicoExpress Pink, un montaje de cinco pisos en el parque Lleras, tipo gastro bar, cuyo diferencial será la decoración dominante de flores y una pasarela donde pondrán a desfilar a las modelos más famosas del país, al lado, por ejemplo, de jovencitas con síndrome de Down.
En la Mayorista, Gómez también se hizo amigo de Evelio Pérez, otro miembro de la junta de esa ciudadela, que ha sido concejal de Itagüí, de la línea del exalcalde y actual aspirante a repetir, León Mario Bedoya, quien a su vez es cercano al alcalde de Medellín, Daniel Quintero.
“Esas relaciones son muy convenientes para alguien que necesita permisos para abrir establecimientos públicos”, le expresó a este diario un exponente de ese gremio.
No es la única cercanía de Gómez con los temas políticos, pues también de esa permanencia duradera en la Mayorista le queda la amistad y relación económica con el senador conservador Luis Miguel López Aristizábal, el que fue considerado como un “milagro” de las votaciones de marzo del año pasado para el Legislativo con una plataforma provida (contra el aborto y la planificación familiar) que dista mucho de las posiciones de la administración de Quintero. Como quien dice que antes de cualquier creencia están los negocios.
López y Gómez son socios de la firma Grupo de Comercializadores de Colombia (GDC SAS) y han compartido silla en su junta directiva.
Aparte de Food and Drinks y GDC, Gómez figura como accionista y representante legal de Licostore y Transporte Logístico Terrrestre (TLT); y su nombre aparece igualmente en las firmas Inversiones Pollos Claudio Express y F&D Consulting. Fue dueño de Inversiones La Chismosa, pero la vendió.
El diputado Luis Peláez también ha mencionado que el crecimiento de LicoExpress coincide con el otorgamiento de permisos para distribuir licor a GDC durante la gobernación de Luis Pérez.
Gómez no está acostumbrado a perder ni a conformarse con chuparle rueda a nadie. Ahí la historia vuelve y encaja con la explicación del porqué decidió convertirse este año en el principal patrocinador de la Feria de las Flores de Medellín.
Él mismo relata que en años previos su logo había estado en los tablados, pero en formatos más pequeños, aceptando la “paternidad” de Bavaria –de la cual es distribuidor— y la FLA. Pero en 2022 vio que ya estaba grande para competir de tú a tú por la imagen; así hizo presencia en varios tablados, pero en 2023 buscó ser el primero como patrocinador de los principales escenarios, invirtiendo aproximadamente $5.000 millones.
La historia oficial contada por él y por fuentes de la FLA dice que la negociación fue armoniosa, la otra, la no oficial, relatada por personas cercanas al poder regional, habla de que el alcalde Daniel Quintero no le quiso dar la mayor pantalla a la empresa de su rival político, el gobernador Aníbal Gaviria, y prefirió destronarlo con un amigo de la casa. Gómez defiende que simplemente hace las cosas bien y no necesita de influencias políticas.