La marcha de la Fe y el Amor parecía un río... pero de gente. Miles de niños, jóvenes y adultos se reunieron para alabar y agradecer al Sagrado Corazón de Jesús todas sus bendiciones.
Allí el clima se alió con los devotos, permitiéndoles caminar, orar y cantar en medio de un tímido rayo de sol. Y aunque algunas personas prefirieron usar la sombrilla como un escudo protector, no fue necesaria para la lluvia, ya que ésta no quiso entorpecer una mañana tan especial para los creyentes que se encontraban en el lugar.
El homenaje al Sagrado Corazón comenzó el recorrido a las 10:00 de la mañana en la Plazuela de San Ignacio, pasó por las calles Ayacucho y Caracas y terminó en el Parque Bolívar.
En medio del trayecto los habitantes más creyentes tenían decoradas las fachadas o los balcones de sus viviendas con imágenes, bombas y banderas. Así lo hizo Dora Yepes y su esposo Raúl Cardona. "En la marcha es una tradición adornar los frentes de las casas, nosotros lo hacemos hace alrededor de 30 años, somos muy creyentes del Sagrado Corazón", comentaron.
Por otro lado, Sandra Osorno, una de las mujeres que se encontraba en el lugar, dijo que era la primera vez que asistía. Lo hizo en compañía de su madre.
Gran cadena de oración
Allí no solo se agradeció, también los congregados aprovecharon el momento para pedir por los jóvenes, el país, la ciudad y la libertad de los secuestrados.
"No es caminar, es orar, es entregarse a Dios para pedirle por la ciudad y sus necesidades" fue el mensaje que entregó la persona que iba hablando desde un megáfono desde uno de los carros que acompañó la marcha.
Por eso, en medio de agradecimientos y suplicas lo que más se escuchaba era: "Sagrado Corazón de Jesús... en vos confío".
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