"En 1974 y 1978 Holanda reunió a los mejores jugadores del mundo en su selección, pero estaban más interesados en divertirse que en sufrir para ganar".
La frase es del escritor mexicano Juan Villoro, en pleno Mundial de Francia-98, en el cubrimiento que hizo de una copa en la que LA multi étnica Holanda fue favorita por su buen juego. "Entre negros y blancos se pasaban la sal en la mesa, pero no la pelota en la cancha. Ahí el fracaso". Sí, fracaso, un común denominador en el cabecilla del grupo E del Mundial de Sudáfrica-2010.
El grupo E está lleno de bonitas invitadas que nunca llegaron a la cita. Dulces galanes, como la Naranja Mecánica de los 70, o la Dinamarca goleadora de México-86, o de la demoledora Camerún de Italia-90. Todos equipos enmarcados por la magia... y el fracaso.
El llamado de la lógica lleva a pensar en Holanda como el candidato. Su paso invicto en el torneo eliminatorio, con ocho victorias en el mismo número de duelos, hacen del naranja el llamado a estar en segunda ronda. Luego todo es especulación.
Dinamarca, equipo que ha mostrado buen fútbol, pero que en copas del mundo se queda en la orilla, también tuvo una buena clasificación, ganando el grupo 1 europeo, en el que aparecían con el favoritismo Portugal y Suecia. A los lusos los mandó al repechaje, mientras que los suecos se quedaron en casa.
Por último, dos cenicientas que meten miedo, pero no logran consolidar un buen campeonato.
Camerún puede dañar las apuestas. Con Samuel Eto'o como punta de lanza, y una nueva generación curtida en El Viejo Continente, puede ser la piedra en el zapato de los europeos.
Japón, aún débil fuera de Asia, confía en apellidos conocidos pero impronunciables para demostrar que puede pasar a la segunda fase sin ser local. Un grupo con nombres, pero de pocos resultados.
