La tecnología, movilidad de tropas y las modernas aeronaves de las Fuerzas Armadas permitieron ejercer una presión militar abrumadora que permitió que quedaran en libertad 22 de los 23 empleados de la empresa petrolera, 14 horas después del secuestro masivo de las Farc en Vichada.
La operación Minotauro se ejecutó por tierra y aire desde la tarde del lunes y continuó ayer entre los municipios de Puerto Príncipe (donde ocurrió el secuestro) y Cumaribo, en Vichada.
En el operativo participaron dos pelotones de la Octava División que se encontraban en el área, con apoyo de la División de Asalto Aéreo del Ejército Nacional y la Fuerza Aérea.
Fuentes militares indicaron que la rápida reacción de las tropas impidió, mediante una "operación sigilosa y envolvente", que los tres guerrilleros (dos hombres y una mujer) se internaran en la selva con las 23 personas, entre indígenas, baquianos, colonos y topógrafos, a quienes secuestraron en un campamento de trabajadores, hacia las 4:00 p.m. del lunes.
El grupo de trabajadores de la empresa South American Exploration estaba compuesto por 48 personas, 25 de los cuales habían salido a explorar, protegidos con el Ejército, y los otros 23 permanecieron en el campamento y fueron secuestrados.
La empresa es subcontratista Equión, de la cual Ecopetrol es dueña del 51 por ciento y la multinacional Talismán del 49 por ciento.
Fuga ayudó en la operación
La fuga de uno de los trabajadores permitió la primera ubicación de los guerrilleros y sus rehenes en camino a una zona rural del municipio de Cumaribo.
El general Ricardo Hernando Díaz Torres, comandante de la VIII División del Ejército, uno de los oficiales que participó en la recordada Operación Jaque, se puso al frente de las operaciones de persecución del grupo de captores. A la zona se trasladó también el comandante del Ejército, general Alejandro Navas.
Según el general Díaz, "hacia las 5:50 de la mañana la presión militar de las tropas en tierra, orientadas por helicópteros y aviones de reconocimiento, obligaron a los guerrilleros a abandonar a 21 personas en el corregimiento de Guérima, en Cumaribo".
Estas aeronaves están dotadas de equipos térmicos de detección nocturna, que ubican cuerpos en tierra por la temperatura que irradian.
Quedó en poder de los guerrilleros un topógrafo de la empresa petrolera.
"El trabajador se encuentra en poder del grupo, pero confiamos en que su liberación se pueda conseguir muy rápido ya que se adelantan operaciones en el área donde lo mantiene retenido", aseguró el comandante de la VIII División, quien agregó que el secuestro masivo fue cometido por una cuadrilla del frente 16 de las Farc, al mando de alias "Balón".
En respuesta a la versión de un empleado, quien afirmó que fueron liberados por la guerrilla, el comandante de las Fuerzas Militares, almirante Édgar Cely, dijo que no hubo contacto entre guerrilla y Ejército, pero sí un "cerco militar" para presionar su liberación. "Fue una operación sigilosa de presión y bloqueo. La tropa que iba en la selva se encuentra al grupo, los coge, por eso hay rescate".
Ventaja militar
Para John Marulanda, coronel retirado del Ejército, analista militar y consultor de seguridad de una empresa petrolera, con presencia en la región donde ocurrió el secuestro, "el rescate demostró la capacidad de movilidad en tierra y aire y la inteligencia alcanzada por el Ejército tras años de modernización".
Según Marulanda, las brigadas móviles y aeronaves con equipos de detección otorgan una ventaja militar, que permite reaccionar rápido y, como en este caso, realizar operaciones nocturnas ininterrumpidas.
El analista militar también advirtió que este secuestro masivo revela que la "guerrilla ya no moviliza grandes grupos como en el pasado, sino pocos hombres que conducen a sus víctimas al grupo matriz, lo que hace más difícil su detección".
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