El cierre de empresas captadoras de dinero que prometían intereses de hasta 200 por ciento mensual a los inversionistas provocó la desesperación de miles de ahorradores en el país y problemas de orden público en diez ciudades de Colombia.
Aunque hubo empresas que pagaron un anticipo de los intereses, al menos una decena de esas entidades cerró sus puertas sin dar explicación alguna.
Después de la crisis social desatada por el cierre de las pirámides el presidente Álvaro Uribe asumió la responsabilidad por la falta de acciones concretas para frenar el fenómeno.
Los departamentos más afectados por las empresas captadoras de dinero fueron los del sur del país, situación que obligó al Gobierno a decretar el estado de emergencia social.
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