La vulneración de los derechos de los niños no puede convertirse en noticia, que conmociona.
Sería mejor, desde cualquier punto de vista, contar historias de niños felices, alegres y que disfrutan de sus derechos, porque los adultos los respetamos y defendemos su bienestar por encima de cualquier otro.
Ocurrió esta semana en el barrio Santa Cruz, donde una madre de 24 años, cuando salía a la calle a hacer algunas diligencias, dejaba amarrados de pies y manos, a sus hijos de 4 y 6 años.
Los niños, que están hoy bajo protección de Bienestar Familiar, fueron hallados con huellas del maltrato en sus muñecas.
Las autoridades que atienden a los menores insisten en que el cariño y el buen trato empiezan en casa. Y que es allí donde se forman las personas de bien para el futuro.
Ojalá los padres nunca olviden que el mejor alimento para un ser humano feliz es el amor.
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