"En el país se relajó el sentido de cumplimiento de las normas tributarias. Hay empresas muy grandes que, literalmente, no pagan ni un solo peso de impuestos". Esta frase no la dice un sindicalista, ni un indignado con la desigualdad, lacerante, de nuestro país. La dice el Director Nacional de Impuestos, Juan Ricardo Ortega. Nadie mejor que él para estar informado sobre esa anomalía. Mientras a los asalariados nadie los representa cuando se crean impuestos, a las grandes empresas las apadrinan poderosísimos cabilderos que les consiguen toda clase de exenciones y beneficios fiscales.
No sabemos si al doctor Ortega le alcanzará el oxígeno político para remediar lo que denunció. Hay retos con los que no puede un hombre solo, así tenga el apoyo silencioso de los "paganinis" asalariados.
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