Hace cinco años, Julián David Muñoz se acababa de convertir en el campeón nacional sub-23 de ruta.
El reto era seguir aquí como un gregario del Orgullo Paisa a espera de una oportunidad, o de dar el salto del Atlántico para buscar un futuro dentro del ciclismo de Europa.
Ya pasó un lustro desde que Julián tuvo el atrevimiento que lo llevó a instalarse en Italia, donde se ha convertido en una muestra de la perseverancia y de las ganas, al punto de llegar el año pasado a las filas del cuadro suizo Hadimec, que lo acaba de confirmar para la campaña de 2009.
Muñoz, el hermano del Flaco Hernán Darío, y "cuñado" de Mauricio Ardila (Rabobank de Holanda), se prepara para volver a la concentración de su elenco, pero estos días en Colombia le han servido para reflexionar sobre lo que hizo años atrás.
Sobre él siempre se han posado ojos como queriendo buscar respuestas a ver si sí vale la pena arrancar, a donde nada es fácil, en donde hay que luchar a brazo partido, como sea, para conseguir el sustento y poder mantenerse dentro del ciclismo del Viejo Continente.
"Nunca voltié a mirar hacia atrás. El año pasado, por ejemplo, fue demasiado duro, porque después de haber arrancado una buena temporada sufrí un accidente que me malogró el resto del año", relata el pedalista de 25 años que acaba de confirmar por otro año más con la formación suiza Hadimec que tiene varios europeos en sus filas.
"El haber aprendido dos idiomas -italiano e inglés-, el estar dentro del ámbito del pedalismo europeo y poder participar en buena parte de la principales competencias de Europa vale toda clase de esfuerzos que se hagan; incluso hasta tener que pelear por tu contrato", es la posición del rionegrero que le ha señalado el rumbo a más de uno, especialmente a un puñado de antioqueños que tomó la decisión de meterle el diente a un ciclismo tan competido, especialmente como el italiano.
Hay que luchar
Cuando Julián David retorna de vacaciones a Medellín, las que disfruta en familia, más de uno de sus colegas paisas le preguntan sobre el qué hacer en caso de surgir una oferta, como le sucede esta vez al jovencito Luis Felipe López Escobar (Tapartó), reciente campeón de la Vuelta del Porvenir con el cuadro del Orgullo Paisa.
Julián los apoya, les brinda ánimos y les da consejos, a la vez que les pone ejemplos como lo sucedido con el colombo-dominicano Rafael Infantino Abreu, quinto en el Mundial de 2002 en Solder, Bélgica, quien pasará a las filas profesionales del Knauf, después de haber realizado todo el proceso como aficionado en el país de la bota.
"La experiencia es dura y difícil. Yo fui de los primeros que viajó a Italia siendo un corredor novato. A los colombianos nos exigen mucho, a la vez que algunos piensan que somos unos muertos de hambre, pero esto vale la pena vivirlo, siempre y cuando uno ame su deporte", enfatiza Julián David, quien confía en que los escarabajos nunca pasarán de moda en Europa.
Este año, Muñoz deberá compartir con corredores de varias nacionalidades, siendo la única cuota latinoamericana dentro de las filas del Hadimac suizo.
Neozelandeses, alemanes, suizos e italianos serán los colegas de Julián David que tiene una sola victoria en el Viejo Continente, y sí varios podios en estas cinco campañas del pedal. Pero su satisfacción es haber podido hacerse como corredor y brindar su trabajo, para convertirse en un gregario de lujo.
A pesar de que la tierra tira y que el frío y la soledad lo recibirán de nuevo con los brazos abiertos, es consciente de que volver a Europa es algo que pocos pueden contar, porque el prestigio de los colombianos sigue firme, por lo que hicieron en años pasados pedalistas como Rigoberto Urán, Leonardo Duque, Mauricio Ardila, Mauricio Soler, Félix Cárdenas, quienes al igual que él hacen flamear la bandera tricolor en diversas competencias y carreteras de allí.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
