En las últimas elecciones presidenciales, la campaña del candidato Juan Manuel Santos no tuvo ningún problema en utilizar una burda imitación de la voz del presidente Álvaro Uribe Vélez, con la que invitaban a los colombianos a votar por él.
Al preguntarle a Santos por el engaño, este defendió a capa y espada su cuña publicitaria, asegurando: "Es una cuña que le pone picardía, alegría y humor a la campaña y todo el mundo la ha comentado".
Ese mismo Santos, ese candidato quien ayer engañaba a los electores utilizando la voz de Álvaro Uribe, hoy no tiene reparos para posar como el único inmaculado y diáfano de ese gobierno, dejando a sus excompañeros de gabinete, como una pandilla de malandros.
Mientras Santos dice que es perfecto, y la mayoría de los colombianos no le creen, los detractores de Uribe le están solicitando al Consejo Nacional Electoral, que no se permita que se utilice ni la imagen, ni el nombre del expresidente Uribe en los tarjetones.
Lógicamente los que tomamos las campañas políticas como festivales del humor, no podemos estar de acuerdo con lo anterior.
Los que adoramos las tonterías que dicen y hacen los políticos, no estamos contentos, y creemos que en el tarjetón y en publicidad de las próximas campañas deben aparecer las caras, las voces y las pendejadas de nuestros políticos más recordados.
Como Santos no querrá contar con la imitación de la voz de Álvaro Uribe, deberá disimular su falta de carisma, agregando su tradicional picante, utilizando cuñas de radio donde personajes venerados por los colombianos, como Gaviria o Samper, nos convencerán de que si lo reelegimos, podremos escoger entre prosperidad o verdad.
¿Qué tal no poder escuchar la voz de Pastrana invitándonos a votar por Martha Lucía Ramirez, para que evitemos que él mismo se lance?
Sería una lástima que Nohemí aspire por última vez a la presidencia, y que no pueda aparecer en la foto del tarjetón abrazando a Belisario Betancur en la entrada del Palacio de Justicia.
Sería injusto que Clara López, la candidata del Polo, no pudiera ser recomendada en los comerciales de televisión por su excompañero Gustavo Petro, o que no pudiera posar en la foto del tarjetón al lado de Samuel Moreno.
Esto de no permitir que Uribe salga en el tarjetón, no perjudicará en nada a su partido, pues quienes lo quieren, se las arreglarán para encontrarlo en el tarjetón, y no necesitarán ver su foto para votar por él.
Lo que debería preocupar a los partidos que no quieren ver la foto de Uribe, es porque esconden a sus líderes históricos, y no pueden imprimir sus fotos en el tarjetón.
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